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6B LaPrensa Panamá, sábado 20 de abril de 2024 Vivir Opinión Cuidar la voluntad ciudadana Voces de la Academia Rafael Candanedo [email protected] Más del 60% de la población panameña, de 4,5 millones, es de electores. Una sociedad dinámica en cuya emisión de su sufragio puede convertirse en fortaleza para su desarrollo y progreso social. La decisión de cada individuo definirá materia grave: la suerte de centenares de cargos públicos, para un periodo de 5 años: presidencia y vicepresidencia de la República, diputaciones del Parlacen, diputaciones a la Asamblea Nacional, alcaldías, representaciones de corregimiento y concejalías. Votar, voto, votación. ‘Vo - t o’surgió de ‘v o t u m’: una promesa, una ofrenda, una manda, ante los dioses. Era lo prometido a los dioses y debía cumplirse para no defraudar a los dioses y recibir su castigo. ¿Recibe castigo divino quien vota mal? ¿Y quien se omite o se borra de sufragar? Un sistema de ‘votación’es una forma de elegir entre varias opciones. El acto de votar tiene su uso más conocido en las elecciones políticas. En la Grecia Antigua, cuna de la democracia, se prestigiaba la participación cívica, que todos estuvieran interesados en los asuntos públicos. Que fueran la antítesis del idiota. Quienes eran idiotas eran identificados con ignorancia, analfabetismo, irresponsabilidad social y desinformación. Quienes creaban opinión y pensamiento no trataban con indulgencia y tolerancia al idiota. Por el contrario, había una especie de castigo social. La palabra idiota, por aquel origen, ha llegado a nuestros días con ese significado negativo. Vivir solo en lo privado, cual lobo estepario, no es humano. Más bien ególatra. De idiota, idiotez e idiotizar. No te idiotizaréis, no nos idiotizaremos. ¿Cuántos ciudadanos están idiotizados? En nuestra Patria, hay un gran activismo sano por preservar nuestra democracia. En proceso electoral, es notorio que se multiplique el número de voluntarios, más allá de los militantes de colectivos políticos, empezando por los afiliados de partidos, y los funcionaros de las distintas instancias electorales. Con una historia compleja sobre la política, se ha desarrollado una cultura de cuidar el voto, en sus distintas fases, y esas tareas, en parte, son llevadas a cabo por un contingente de personas que ni pertenecen a entidades oficiales ni a colectivos que se disputan los cargos de ´poder. En esa cultura de participación, es símbolo de ciudadanía y de progreso institucional la naturaleza autónoma de la Junta Nacional de Escrutinio (JNE), garante de la imparcialidad en el cómputo de los votos de las elecciones generales. Su junta directiva está compuesta por ciudadanos sin filiación a colectivos políticos ni a corrientes partidistas. En los meses previos a la votación, se integran representantes de cada uno de los candidatos presidenciales oficialmente postulados, por partidos, alianzas o libre postulados. Como grupo asesor técnico, participa un equipo de alto nivel de profesionales del Tribunal Electoral (TE). Es una construcción organizativa a la panameña. Con raíces en la sociedad civil, y que se constituye en faro para instancias análogas que están involucradas en la dinámica electoral. Todas las corporaciones electorales (desde las mesas de votación hasta las juntas de escrutinio) están compuestas por ciudadanos sin filiación partidista. Este sistema garantiza transparenciay confianza ante la ciudadanía. El método de conteo manual, acta colectiva y copia para cada representante de los candidatos blinda de honradez el escrutinio y, por ende, sus resultados. EL AUTOR es docente, periodista y filólogo

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