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5B LaPrensa Panamá, viernes 29 de marzo de 2024 Vivir Tu opinión nos interesa [email protected] CONDECORACIÓN Nolan será nombrado ‘Caballero’ El director de cine británico Christopher Nolan y su esposa, la producción, Emma Thomas, recibirán los títulos honoríficos de caballero y dama, en reconocimiento a su contribución al cine. Este reconocimiento llega tras el éxito arrollador “Oppen - heimer” durante la temporada de premios de 2024. ADEMÁS Beyoncé estrena nueva música Country 6B ‘Panama ovunque’ La Bienal de Arte de Venecia destaca por su relevancia en el ámbito del arte contemporáneo global, con una exposición principal liderada por un curador y pabellones nacionales. Giana De Dier. ‘Sistemas formales, Ciclos, Pulsaciones’ en la muestra Guardar semillas en el Cabello, Museo de Arte Contemporáneo de Panamá. 2022. Cor tesía Vista de la exhibición Brooke Alfaro: Gracias a Dios no fue peor en del MAC Panamá. 2021. Cor tesía Vista de la exhibición Cisco Merel: La Puerta del Sol en el MAC Panamá. 2024 . Cor tesía A RT E Juan Canela ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] La Bienal de Arte de Venecia es sin duda uno de los eventos más importantes del contexto global del arte contemporáneo. Configurada a lo largo de los años a partir de una exposición principal liderada por un curador invitado, y una serie de pabellones nacionales a su alrededor –además de una infinidad de exposiciones y eventos que se organizan de forma paralela–, la bienal toma el pulso cada dos años al arte de nuestro tiempo. A pesar de cierto agotamiento del modelo a nivel global, y la indudable obsolescencia de la idea de “pabellón nacional” –más ancladas a las ideas de exposiciones universales del s. XIX que a nuestro presente-, lo cierto es que el mundo del arte espera atento la curaduría y los temas de la siguiente edición, y en cada contexto se debate sobre quién va a Venecia ese año a representar a cada país. Este año la exposición central está organizada por primera vez por un curador de América Latina, el brasileño Adriano Pedrosa, que propone un proyecto titulado Stranieri ovunque[Extran - jeros por todas partes], frase utilizada por el colectivo Claire Fontaine en una serie de obras en neón de 2004, y que fue el nombre de un colectivo turinés que luchó contra el racismo en Italia a principios de la década de 2000. Sintonizada firmemente con algunas de las más acuciantes urgencias de nuestro tiempo, esta bienal aborda, a través de artistas que son extranjeros, inmigrantes, expatriados, diaspóricos, emigrados, exiliados y refugiados, especialmente aquellos que se han desplazado entre el Sur y el Norte, cuestiones relacionadas con la migración, las fronteras y los territorios atravesados por diferencias y disparidades. No podemos dejar de destacar que, entre los más de 300 artistas invitados por Pedrosa a la exposición principal, encontramos al panameño residente en los Países Bajos Antonio José Guzmán, que participa junto a Iva Jankovic. Además, Humberto Vélez y Oswaldo De León Kantule participan en una muestra colectiva en el Pabellón de Bolivia. Y en los eventos paralelos al programa oficial, Nessim Basam participa en otra exhibición organizada por Venezia Contemporánea. Seguramente, no había mejor edición para que Panamá tenga por primera vez su propio pabellón nacional en Venecia. Las participaciones nacionales se dan de formas diversas. Por un lado, hay países que tienen ya pabellones propios, situados por lo general en los Giardini o en el Arsenale; otros no tienen un pabellón propio, y alquilan alguno de los espacios disponibles en una ciudad cuya principal fuente de ingresos es el turismo y este tipo de eventos culturales masivos. Hay países con presupuestos adjudicados cada año, donde los ministerios se encargan de organizar concursos –a veces abiertos, a veces por invitación– a los cuales los curadores pueden aplicar y presentar un proyecto específico para el pabellón. Hay otros donde se encargan los pabellones directamente sin concurso; y otros donde se invita, pero hace falta buscar parte o la totalidad de los presupuestos necesarios. Y así, en cada edición están los pabellones habituales, otros que aparecen, y otros que se caen. En contextos como el panameño, en los cuales las escasas instituciones culturales bregan incesantemente por sobrevivir con ínfimo apoyo público o privado, quizá una iniciativa como armar un pabellón en Venecia pueda darse solamente empujada por la visión y el empeño de personas con iniciativa, sumado al esfuerzo colectivo de muchas otras. En esta ocasión, Ana Elizabeth González, directora y curadora del Museo del Canal Interoceánico, presentó un proyecto a la bienal que dirige la mirada al “tapón de Darién” y el tránsito de personas a través del Istmo. Sin duda un relato relevante en el marco de la bienal. Una vez respaldado por el Ministerio de Cultura, se formó un equipo conformado por varias profesionales del sector, y apoyado por el mismo Museo del Canal, la Fundación Ciudad del Saber, y la Fundación Arte y Cultura. Queda entonces la titánica tarea de recaudar los ingentes fondos necesarios para llevar a cabo un proyecto como este en un tiempo récord, a la par que se desarrolla el proyecto artístico y sus implicaciones logísticas. Casi nada. Como curador jefe del Museo de Arte Contemporáneo MAC Panamá, institución con más de 60 años de historia, pionera e imprescindible para comprender la evolución del arte en Panamá, es interesante ver la puesta en marcha de este proyecto. Más aún, cuando los artistas seleccionados son tan cercanos a la institución. Cisco Merel tiene en la actualidad su primera muestra individual en el museo; Giana De Dier ha participado en distintas muestras colectivas en los últimos años y participó recientemente en una residencia en Delfina Foundation en Londres organizada en colaboración con el museo; Isabel de Obaldía ha tenido distintas muestras individuales y ha participado en colectivas; Brooke Alfaro ha tenido diversas muestras en el museo a lo largo de los años, teniendo su última individual en 2021. Los cuatro tienen obra en la colección del museo. De hecho, una de las obras de aquella muestra de Brooke entró a formar parte de la colección, y es ahora parte del pabellón gracias a un préstamo del MAC. Esta última exposición de Brooke, además, estuvo curada por Mónica Kupfer, historiadora del arte imprescindible en el contexto panameño, que fue curadora del Museo de Arte Contemporáneo en la década de los 80s, y ha permanecido siempre cercana a la institución colaborando desde distintas posiciones. Kupfer es parte del equipo curatorial del pabellón junto a Ana Elizabeth González, acompañadas por Luz Bonadies –directora del MAC entre 2017 y 2020- y Mariana Núñez –parte de la junta directiva del MAC–como directora del proyecto y directora gráfica respectivamente. No cabe duda de que, a pesar de no estar directamente involucrado en el desarrollo del proyecto, el MAC Panamá está presente a través de su empeño todos estos años por el desarrollo del arte panameño, sus artistas y profesionales. Es interesante decía. Pero aparecen también algunas dudas. El mismo MAC Panamá surgió en la década de los 60s gracias a la visión y el empuje de un grupo de personas particulares, pero si algo hemos aprendido en la última década es la necesidad de fortalecer y profesionalizar la institución y sus procesos, adaptándolos a los tiempos que vivimos. Es inevitable, conociendo bien el trabajo en arte, los procesos curatoriales y la complejidad de Venecia, cuestionarse si este tipo de procesos no podrían darse de formas más estructuradas, abiertas y organizadas. Sería deseable una apuesta decidida del Ministerio de Cultura, con un aporte de unos fondos mínimos que permitan el desarrollo del proyecto; un proceso de selección abierto y claro, que permita a los profesionales trabajar con tiempos y formas competentes; y un apoyo del sector privado. En un contexto precarizado, con instituciones culturales en estado de emergencia, sin espacios de formación curatorial, y donde sobrevivir como artista es casi un prodigio, la existencia de un pabellón nacional en Venecia tendrá sentido si su capacidad de representación, visibilidad y posicionamiento global permea en lo local. Tras la bienal, el proyecto se exhibirá en el Museo del Canal, lo cual es una buena dinámica en esa dirección. Ojalá esta iniciativa pueda servir para generar una presencia en la bienal que sea sostenible en el tiempo, y que su influjo aporte a las grandes necesidades –y posibilidades- del arte en Panamá. (El autor es curador jefe del Museo de Arte Contemporáneo MAC Panamá)

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