prensa_2024_03_25

7A LaPrensa Panamá, lunes 25 de marzo de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Un quinquenio involvidable (2) Economía Roberto Brenes [email protected] Ya dijimos y repetimos que en el último lustro, el país ha sufrido un deterioro económico, financiero, social y moral sin precedente. Reitero que el recuento que ahora sigue no está inspirado políticamente. Apunta a los fracasos estructurales y que ponen a la futura administración y al país, en una coyuntura difícil, volátil, y donde tomará más de un lustro revertir estas inexcusables incompetencias. En la entrega anterior, señalamos lo que cupo en el límite editorial. Pero hay más. La inútil, costosa y peligrosa seguridad: La perspicacia criolla viene presintiendo un creciente malestar con el Ministerio de Seguridad. Lo perciben porque la seguridad ciudadana se deteriora y el aparato de seguridad se ve cada vez más gordo, inútil y prepotente. ¡El pueblo tiene toda la razón!. Producto de la indolencia y la complacencia, hoy tenemos un aparato de seguridad donde menos del 25% de gestión del recurso humano vela por la seguridad en las calles. Lo demás es grasa y burocracia. Una institución de jerarquía invertida, donde hay más capitanes que tenientes y más tenientes que sargentos, y así. Sin contar el incontable número de comisionados, gordos y circunspectos con jubilaciones y sueldos obscenos. Pero, engreídos por la sumisión del Ejecutivo, la altanería que viene con el uniforme y la idea de ser los héroes de la patria en las fronteras, reorganizar este monstruo va a ser delicadito. El fracaso de la fiscalización a los servicios públicos: El modelo “privatizador ” que articuló el PRD a fines de los noventa, suponía un elemento regulatorio que normara el oligopolio y que pudiera sancionar a los operadores por los abusos o la carencia de atención al consumidor. Cierto es que, el deterioro de la fuerza fiscalizadora viene de varios gobiernos. El regulador perdió competencias, recursos y garra. Pero en este quinquenio, también se perdieron las ganas de apoyar al ciudadano. Ahora, las faltas de atención a las redes eléctricas, y de telefonía son frecuentes y prolongadas. Volcán, en Chiriquí, pasa días enteros sin internet. El Valle de Antón, por años y todos los días tiene varias interrupciones eléctricas. Las quejas de la comunidad se ignoran y el regulador no quiere o no puede lograr el fiel cumplimiento de los contratos. La falta de firmeza y la frustración de la gente, da tracción a la idea de re-estatizar los servicios públicos. De vuelta al pasado, por falta de enfoque y hormonas. La politización y destrucción de la excelencia universitaria: Todo el sistema educativo está en cuidados intensivos. Menos grave estaban las universidades estatales, que defendían a diente y colmillo su autonomía. Hasta que el PRD descubrió el potencial de la educación superior para refugiar a copartidarios con buenos sueldos y cargos rimbombantes. Y la asociación ha sido muy productiva. La Asamblea dota de pingues recursos a las universidades públicas y estas corresponden con planillas abultadas que poco o nada contribuyen a engrandecer el conocimiento. El caso emblema es la Universidad Autónoma de Chiriquí. (Unachi). Desde que diputados del PRD descubrieron la Unachi, las asignaciones presupuestarias y los rangos de los nombramientos son excesivos sin que medie una medida objetiva de mejor educación. Al contrario, las autoridades universitarias y de allí, las académicas, son escogidas en una mezcla de politiquería y reinado (de muy poca belleza! ). Nada más lejano de un ambiente de estudio, ciencia y excelencia. La Unachi es quizá la peor. Pero el sistema público de universidades tiene su autonomía vendida a los políticos. Esto hay que encararlo y cambiarlo. Y dedicar los recursos donde más cuentan, la primaria y secundaria. A ver si dejarnos de subsidiar la corrupción política disfrazada de profesor de medicina con tareas en el Legislativo. El fiasco de la mina: La mina es un tema abierto, un episodio increíble, que combinó la incompetencia técnica, legal y política del gobiernito, con un cabreo monumental del pueblo contra el cuento y el zigzagueo que nos han recetado por 5 años. Ahora la mina se parece a cerro Patacón, hay que esperar que termine de arder. Y cuando pare de arder, podremos, de a poco, ir recogiendo consensos. Si hubiese mina, se debe repensar el modelo de propiedad y de gestión, incluyendo un operador fresco. Si no hay mina, habrá que buscar con el operador una salida lo menos onerosa al país. Y…encarar el reto minero, con país enredado, con todo lo dicho arriba, es como tratar de cambiar la llanta “flat ”con el carro rodando. Dos reflexiones: Cuando al estilo de Miró, “revuelvo la mirada y …siento espanto”de lo que he descrito en estos dos artículos, me atropellan dos reflexiones. La primera que, debemos adoptar y defender propósitos nacionales. Si mínimamente pensáramos en la Patria, PPC, Mina, servicios internacionales, y servicios públicos, serían otra cosa. Y seguramente con otros resultados. Pero no. Seguimos “culitranqueando”ante el “gran padre blanco”. Siempre de rodillas. Aparte de la hipocresía patriotera, la otra reflexión que me atropella es el desprecio a la transparencia y a la rendición de cuentas. La opacidad delictiva y el irrespeto al ciudadano, conque, este gobierno, ha pretendido esconder sus actos, no les ha logrado otra cosa que decidir mal y actuar peor. Y de paso, ganarse el desprecio ciudadano. Ojalá, el que viene, enfrente este entuerto pensando en el país y su deber con el ciudadano. La frágil situación no da para ganancias rápidas y fáciles. Pero inspirado en la convicción por encima de la conveniencia, siempre transitará bien acompañado; por la honestidad y por la gente buena, que somos más. ¡Prohibido olvidar! Debemos adoptar y defender propósitos nacionales. Si mínimamente pensáramos en la Patria, PPC, Mina, servicios internacionales, y servicios públicos, serían otra cosa. Y seguramente con otros resultados. Pero no. Seguimos “culitranqueando”ante el “gran padre blanco”. Siempre de rodillas. EL AUTOR es director de la Fundación Libertad Creo saber votar, pero... Elecciones Danny Vega Méndez [email protected] Las elecciones generales ya están a la puerta, tocando nuestra conciencia ciudadana y forzando nuestra capacidad de convivencia social. Y es aquí en donde como buenos estudiantes de primaria debemos comprender nuestro rol con la Patria: honrar los nobles ideales de nuestro país con nuestra libertad de decidir. Son escasos minutos desde que entramos al recinto electoral hasta que salimos de él con la certeza de haber cumplido, no solo con un derecho sino con un deber. Aquí no importan las preferencias políticas, sino nuestro sentido de pertenencia a este terruño que llamamos Panamá. ¿Será que luego salimos a la calle con la conciencia limpia de haber ejercicio un derecho? Un derecho que costó vidas de heroicos panameños que visionaron un proyecto de país en donde solo exista un Panamá más justo para todos, más solidario. Pero …¿botar o votar?, nuestros oídos no notan la diferencia, aunque la realidad es que una sola letra denota el carácter cívico del panameño. La voluntad de decidir entra en franca lucha con el oportunismo, el cual juega con la necesidad de los más necesitados y los verdugos de la libertad. Esto es importante pensar, pues acaso ¿como sociedad entendemos lo transcendental que son esos segundos cuando marcamos una casilla? No se bota lo que no es importante, así como no se vota por quien no es apto. ¿Verdad? Lo anterior, en definitiva, introduce a una profunda reflexión que nace de un simple pero desconcertante análisis: votar es una actividad sometida al valioso escrutinio intelectual en donde la voluntad está regida por lo que realmente se quiere para nuestras familias. De este modo, no tiene cabida el oportunismo, el cual a veces pareciese ser la nota característica de cada elección. El voto es el supremo derecho de decidir a conciencia y plena voluntad en favor de una persona; sin embargo, esa decisión somete el destino de toda una sociedad, misma en la que convivo, comparto, coexisto. No sería razón suficiente para que el “ganchito”no sea visto con “b”de botar, sino con la “v”de valentía de decidir lo mejor para todos. EL AUTOR es docente y estudiante de derecho Una generación de gobernantes que no pensó en su país Política Enrique Pesantez [email protected] Estamos a poco más de 30 días de las elecciones que pondrán fin a este gobierno, en el cual el 30% de la población creyó en su gestión. Sin embargo, el resto no compartió esa opinión. El resultado de esta administración no ha sido el mejor y al aproximarse el fin de su mandato, muchos no solo se alegran por no haberles dado su voto, sino que también se entristecen al ver que el país enfrenta grandes problemas en áreas como la economía, lo social, la educación, la salud y la seguridad. Gran parte de estos problemas han sido causados por niveles extremadamente altos de corrupción que afectan la calidad de vida de los panameños. Además, el mal estado de las carreteras y vías de comunicación representa otro desafío importante. El incremento en la planilla gubernamental ha generado una situación preocupante, con cientos de panameños cobrando sin trabajar y sin justificar sus funciones, lo que implica un gasto millonario que podría haberse dirigido a mejorar sectores como el Hospital Oncológico, la adquisición de insumos médicos o la gestión de la basura, que se ha convertido en un problema evidente en la ciudad. El inicio del año escolar no ha estado exento de complicaciones, ya que muchos colegios no están preparados en su totalidad. Faltan detalles importantes para poder iniciar las clases, como la falta de agua, la ausencia de profesores nombrados y otros inconvenientes. Estos problemas, sumados a la falta de presupuesto para resolverlos, reflejan la prioridad actual en la campaña política en lugar de las necesidades inmediatas de la población. Es importante mencionar que los problemas que enfrentamos no son exclusivos de este gobierno, sino que también son una herencia de administraciones anteriores que dejaron una estela de corrupción en el país. Con 8 candidatos a la presidencia de la República, la mayoría de los cuales han participado en gobiernos anteriores y han hecho las mismas promesas que ahora repiten, elegir a la persona adecuada se vuelve una tarea difícil. A pesar de esto, mantengo la esperanza de que las figuras intocables en la Asamblea cambien y de que la nueva generación de políticos, en su mayoría jóvenes, logren poner un alto al despilfarro y la corrupción. Hay tanto por hacer que considero que 5 años será un plazo muy corto para abordar todas las necesidades del país. Para cumplir con las demandas de la nación, necesitamos mentes brillantes y una nueva casta política decidida a llevar al país por un nuevo rumbo. Por lo tanto, es imperativo salir a votar y no permitir que el gobierno utilice esos votos en beneficio de sus candidatos. Debemos observar y escuchar los debates, analizar los planes de trabajo de cada candidato. Es hora de respaldar a aquel candidato que demuestre genuino interés en fortalecer la economía, atraer inversiones para generar empleo y mejorar la educación. Necesitamos candidatos, tanto hombres como mujeres, que sean verdaderos guerreros para llevarnos al país de nuestros sueños. Todo esto será posible gracias al voto popular. Si nos centramos únicamente en el pensamiento de “¿qué obtengo yo?”, corremos el riesgo de estancarnos en un país empobrecido, plagado de criminales que buscan una vida fácil a través del robo y la extorsión. Donde las oportunidades se reducen y nos damos cuenta de que la única salida es emigrar. Esto es algo que debemos evitar a toda costa. Nuestro futuro no solo depende de los políticos tradicionales, sino de nuestra población, particularmente de los jóvenes que no solo viven el presente, sino que también buscan un futuro prometedor. Ellos son fundamentales para el progreso de nuestro país, ya que serán piezas clave en el rompecabezas del desarrollo. En resumen, votar por más de lo mismo es no tener amor por tu país. Si en los últimos 20 años no se han cumplido las promesas de campaña anteriores, no debemos esperar que eso cambie ahora. Debemos darle la oportunidad a esta nueva generación que está surgiendo para representar el verdadero poder del pueblo, con individuos profesionales y comprometidos a construir un país mejor en el que viv i r. El incremento en la planilla gubernamental ha generado una situación preocupante, con cientos de panameños cobrando sin trabajar y sin justificar sus funciones, lo que implica un gasto millonario que podría haberse dirigido a mejorar sectores como el Hospital Oncológico, la adquisición de insumos médicos o la gestión de la basura, que se ha convertido en un problema evidente en la ciudad. EL AUTOR es operador de turismo receptivo

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