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6A LaPrensa Panamá, martes 20 de febrero de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Escuelas seguras: una prioridad para el sistema educativo Educación Itzel Mitre [email protected] La seguridad escolar en Panamá presenta oportunidades de mejora. Se trata de un tema crucial para bienestar de los estudiantes. Jóvenes Unidos por la Educación (JUxLAE) enfatizó en esta prioridad al incluir, en ‘‘24 para el 24', una propuesta de solución entre las presentadas a los candidatos presidenciales en Panamá. En un entorno político cada vez más complejo, se deben abordar soluciones a problemas fundamentales que impactan directamente en la educación. Uno de estos problemas es el acceso desigual a servicios básicos como agua potable, saneamiento, electricidad, comunicación e internet en las escuelas. JUxLAE propone el programa “Escuelas Seguras”, que busca implementar estándares integrales para asegurar espacios escolares confiables y garantizar la seguridad física de los estudiantes, así como el acceso a servicios esenciales. La ejecución de este programa no solo garantizará la seguridad de los más de 918,336 estudiantes actuales, según el censo de 2023, sino que proporcionará condiciones propicias para su crecimiento académico, personal y social, mejorando la calidad del aprendizaje y preparando a los estudiantes para el mundo digital. La educación, como pilar fundamental del desarrollo económico y social, demanda la participación activa y comprometida de diversos actores. En este contexto, la colaboración del Consejo Permanente Multisectorial para la Implementación del Compromiso Nacional por la Educación (COPEME), dando seguimiento a la implementación de un programa como Escuelas Seguras, es crucial. Su papel trascendental radica en identificar de manera efectiva las necesidades de la comunidad educativa, a fin de monitorear que las autoridades responsables hagan llegar a tiempo los recursos necesarios para el óptimo funcionamiento del sistema educativo. La sinergia entre el Copemey el Ministerio de Educación (Meduca) y las demás entidades involucradas construiría un compromiso colectivo que impulsa el bienestar social a través de la mejora continua del quehacer educativo. Las pruebas del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) proporcionan una perspectiva profunda sobre el rendimiento estudiantil y el impacto directo de las instituciones educativas. Al realizar el cálculo de la correlación intraclase, se revela un dato significativo: aproximadamente el 46% de la variabilidad en los logros de aprendizaje puede ser atribuido a las diferencias existentes entre las escuelas. Este hallazgo subraya la necesidad de focalizar esfuerzos en mejorar y optimizar los recursos educativos, reconociendo que la calidad de la educación no solo se encuentra en el aula, sino también en el contexto que ofrece cada institución. La comprensión de estas disparidades interinstitucionales aportan una base sólida para implementar estrategias efectivas que aborden las áreas críticas y fortalezcan el sistema educativo integralmente, elevando así los estándares de aprendizaje y promoviendo la equidad en la educación. En la búsqueda de una educación mejor, es importante reconocer el papel crítico que desempeñan las infraestructuras escolares en el desarrollo integral de los estudiantes. Las escuelas equipadas con servicios básicos son fundamentales para su bienestar físico y emocional, así como claves en su motivación, éxito académico y preparación para el futuro profesional. La disponibilidad de internet y electricidad en las escuelas son recursos necesarios en la era digital, facilitando el acceso a información actualizada, investigaciones en línea y al desarrollo de habilidades tecnológicas. Además, permiten el acceso a herramientas educativas en línea, ampliando las oportunidades de aprendizaje. La colaboración entre el gobierno, las autoridades educativas, instancias como el Copeme y la sociedad civil debe ir más allá de meros acuerdos. Implica la creación de mecanismos eficientes de diálogo y de consulta, en los que las opiniones y experiencias de la sociedad civil sean genuinamente consideradas en la toma de decisiones. La clave para garantizar que cada escuela tenga acceso a los recursos necesarios reside en la transparencia y en la rendición de cuentas. Se deben establecer mecanismos claros que aseguren que los fondos destinados a la educación se utilicen de manera eficiente y equitativa. Además, la participación activa de la sociedad civil en la supervisión y evaluación de estos procesos contribuirá a mantener la integridad y eficacia de las medidas implementadas. Esta participación activa no solo fortalece la legitimidad de las políticas educativas, sino que también aporta una riqueza de perspectivas que enriquecen el proceso de diseño e implementación. En la búsqueda de una educación mejor, es importante reconocer el papel crítico que desempeñan las infraestructuras escolares en el desarrollo integral de los estudiantes. Las escuelas equipadas con servicios básicos son fundamentales para su bienestar físico y emocional, así como claves en su motivación, éxito académico y preparación para el futuro profesional. LA AUTORA es miembro de Jóvenes Unidos por La Educación Una oración para reflexionar Espiritualidad Pedro Crenes Castro [email protected] La recuerdo con claridad, me la aprendí de pequeño a fuerza de escucharla en las madrugadas por la radio, siempre encendida, en casa de mi abuela. No me preguntaba ni quién la había escrito, ni para qué servía, ni mucho menos me planteaba reflexionar sobre ella. La oración, seguro, la reconocen: «Señor, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia». Viene mayo, y nuestra circunstancia se complica. Más que un fin de mandato, esto parece una agonía, «pataleo de ahogao», burla final de casi todos los reelegibles. Sabiendo que así son las cosas, me parece que la oración es necesaria y pertinente. La «aceptación» de lo que no podemos cambiar nada tiene que ver con «resignación», es una «actitud» ante aquello que no depende de nosotros, pero en nuestro caso sí podemos. La segunda petición plantea «valor» para cambiar. Es lo que más necesitamos, porque cerrar calles es una acción puntual, pero «sostener» a diario nuestra decisión de acabar con la corrupción requiere un esfuerzo que sé que podemos hacer. Y la «sabiduría» que se necesita para «reconocer la diferencia» es fundamental, porque entre la «aceptación resignada» y la «cobardía práctica», hace falta criterio y conocimiento. Hay que repetirse esta oración de aquí a mayo. Hace falta fe para creer que, entre este gobierno en fase terminal y el «nica» alojado en la embajada, hay esperanza de un cambio que nos lleve hacia otra parte que no sea el despeñadero, por eso hay que poner la mente a reflexionar en estas tres sencillas peticiones y creer que sí hay posibilidades. Cuando nos venga la tentación del fracaso, de la indolencia indiferente y de seguir igual, repitamos estas breves frases y seamos firmes, volvamos a creer en nuestras posibilidades, desalojemos de las instituciones a los mismos de siempre. Tengamos fe en la democracia, creamos que otra realidad es posible para nuestro país. EL AUTOR es escritor Un hombre y su delirio Embrollo Natasha Wolcovinsky [email protected] Hace quince años salí junto a mi exesposo a España a representar nuestro país. En esos momentos Ricardo Martinelli era presidente de Panamá. Recuerdo que antes que eso sucediera, la gran mayoría nos preguntábamos si ese hombre que saltaba en una cama durante los carnavales de 2009 estaba loco, pero loco de verdad, o si sería de aquellos locos que les dicen así porque son capaces de alcanzar lo que otros no se han atrevido a intentar. Colectivamente decidimos arriesgarnos a conocer la respuesta. Y es que los humanos necesitamos a veces escuchar lo que queremos, no lo que realmente nos dicen. De frente y claramente él mismo nos lo estaba asegurando: los locos somos más, pero lo tomamos en broma. Al poco tiempo empezamos a entender que habíamos dado el poder a alguien impulsivo, impredecible, sin pudor y cuya avaricia iba ligada al goce de esquivar la ley. Mediante contratos, entramados, coimas y sobornos con empresas locales y extranjeras, la economía de Panamá prosperó y el dinero circuló en todos los estratos sociales. Para ello se harían necesarias intimidaciones, pinchazos, y amenazas de represalias. El precio lo pagarían nuestras instituciones democráticas, la justicia, la libertad de expresión y nuestra reputación frente al mundo. Así, quedó despejada la incógnita de a quién habíamos otorgado el más alto poder en nuestro país. Para entonces no le faltaron acérrimos seguidores que, en ausencia de toda lógica argumentativa, defendieron y aún defienden, actos claramente torcidos. Tampoco faltaron personas quienes nunca habían visto en sus bolsillos semejante prosperidad, por lo que ofrecieron y siguen ofreciendo su continuo respaldo para verlo en el poder. Pero como todo un día acaba también acabó su mandato, y la justicia empezó a alcanzarlo en el camino. Frente a investigaciones, juicios y encarcelamientos, la respuesta de su psiquismo no fue someterse a encarar sus actos, ni sentir la necesidad de darle tregua a tanto embrollo. Por el contrario, fue darle rienda suelta a su delirio, buscando alguna lógica en su discurso interno para no tener que reconocer sus errores y responsabilidades. Así, se convirtió en protagonista de su propia tragedia, tergiversando la realidad para acomodarse como un hombre perseguido, amenazado de muerte e inocente. Con la necesidad de hacerse de la Presidencia nuevamente como escudo desde donde poder protegerse, preservar su resquebrajada identidad e impartir revancha a sus fantaseados perseguidores, este hombre vuelve a tirarse a una contienda presidencial. No volvió a faltarle el apoyo de quienes triste y convenientemente se beneficiarían si volviese a presidir el país, sin importarles cuanto más tolerará su cordura. Solo alguien que necesita estar al mando para esquivar la ley y que es incapaz de desear algún sosiego y estabilidad para su vida, se le ocurriría someterse nuevamente a más embates sin desistir. La siguiente parte de la historia ya la conocemos: la justicia, después de tanto ir detrás volvió a alcanzarle y esta vez lo despojó permanentemente de la posibilidad de ser presidente. Pero hay un hecho que estoy segura no puede dejar de sorprenderle, y quizás sea uno de esos únicos momentos en que cuestione su percibida grandeza; y es que a pesar de liderar las encuestas para la siguiente elección, no ha habido vigilia, ni grupo de oración, mucho menos una marcha o protesta en las calles para defender su perdida candidatura. Porque al final, a muy pocos les interesa su destino y nunca han dudado que las acusaciones en su contra sean ciertas, simplemente deseaban aprovechar las nuevas argucias económicas que producirían sus desvaríos si volvía a llegar a la silla presidencial. Hoy es un hombre con su perro, atrapado en un cuarto prestado, con la justicia esperándole en la puerta. Ha terminado en su propio laberinto mientras sus serviles y aprovechados defensores continúan agitando su delirio hasta agotar cualquier asomo de sensatez y cordura que puedan quedar en él. Con la necesidad de hacerse de la Presidencia nuevamente como escudo desde donde poder protegerse, preservar su resquebrajada identidad e impartir revancha a sus fantaseados perseguidores, este hombre vuelve a tirarse a una contienda presidencial. LA AUTORA es psicóloga clínica

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