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6B LaPrensa Panamá, domingo 11 de febrero de 2024 Variedades Vivir Panameños y extranjeros disfrutaron los culecos en la cinta costera “¡Pueblo panameño, con las manos arriba!”, animó el dj a los asistentes, en el primer día de culecos en la capital. AMBIENTE FESTIVO Getzalette Reyes [email protected] Ayer sábado de carnaval, las personas llegaron poco a poco a la cinta costera, el escenario de los populares culecos que se llevan a cabo en la ciudad de Panamá. Desde las 9:00 a.m., en la mojadera, se vieron tanto a nacionales como a extranjeros. “¡Pueblo panameño, con las manos arriba!”, animó el dj a los asistentes, en el primer día de culecos en la capital. Para ello, en la cinta costera se han instalado cuatro carros cisternas. Siguiendo la programación del carnaval capitalino para ayer sábado, se realizó el desfile de comparsas y carrozas a las 6:00 p.m. hasta las 8:00 p.m. Luego se dio paso a las presentaciones artísticas. Para hoy domingo de carnaval, en la cinta costera, el horario de los culecos es de 9:00 a.m. a 3:00 p.m. Posteriormente, se hará el desfile de expresiones folklóricas y carrozas, de 6:00 p.m. a 8:00 p.m., con tarima artística hasta las cuatro de la mañana. Por otro lado, en el Casco Antiguo, en el Parque de la Catedral, se llevará a cabo la pasarela de polleras, “Ale - gorías Folklóricas”, junto con un homenaje a Toby Muñoz, creador de“La Parranda ”. Según anunció el Gobierno, el operativo “Carnaval 2024 cuenta con más de 35 mil unidades de seguridad y emergencia. Los culecos tendrán un horario de 9:00 am a 3:00 pm. Richard Bonilla Llamarada ante la tristeza La última palabra Rafael Candanedo [email protected] L a fiesta del Carnaval suma más de 5 mil años, desde ese rayo de luz surgido en la civilización sumeria, la primera conocida de la humanidad (territorio de los Estados de Irak y Kuwait). El genio de Vinicius de Moraes patenta el sentido del rito: ‘La felicidad del pobre parece/la gran ilusión del Carnaval./La gente trabaja al año entero/por un momento de fantasía/ de rey o pirata o jardinera/y todo acaba el martes de Carnaval. Una llamarada ante la calamidad y el ocurrir cotidiano. Llamarada que es transgresión, ruptura de la norma o costumbre, o liberación, según se vea. Para retornar a la rueda de la rutina y hasta al desasosiego. Lo cómico protagoniza el festejo, en el desfile, en el espectáculo, en la máscara, en el vocabulario, no importa si es el insultante o el soez. Es la parodia efectiva, como aquella de los Judas que son exhibidos en la carretera y después incinerados para expiar los pecados del Año Viejo. En ese periodo breve y espectacular, en víspera de la quietud de aquel de la Cuaresma, se arma un mundo paralelo, una dimensión efímera, en el que el ser humano medieval se diferenció del patrón del Estado y la Iglesia. No nos parecemos o estamos en las antípodas. Semeja catarsis este mundo paralelo. Es fuente primaria de liberación: destrucción, renovación y segunda vida, sustenta Mijail Bajtín (1895-1975), pensador e investigador ruso. La transgresión es autorizada, valora Umberto Eco (1932-2016), filósofo y semiótico italiano. Ante órdenes y mandatos sociales, se ponen en duda otros códigos culturales. Es el mundo al revés, pero se refuerza la ley y se verifica la imposibilidad de una liberación integral. Válvula de escape en sociedades jerárquicas. La Roma Antigua lo instrumentalizó. Y vinculó al dios Saturno el jolgorio, que no se desliga del batir religioso. Se desploma la festividad, y, de forma abrupta, amanece Miércoles de Ceniza, que inaugura un periodo de reflexión y purificación de las faltas. Ayer aluvión y hoy recato. Los sumerios lo habían creado para expiar los malos espíritus, llamar la abundancia de la cosecha y también para venerar a Apis, el dios de la fertilidad. Una simbología que se convierte en conciencia colectiva: esa fascinación de Mardi Gras, el cuerpo femenino de Río, el fulgurante y centenario Pescao capitalino y los decadentes Tiburcio, Domitila y el rey Momo. Choque de cultura y niveles jerárquicos. La manifestación popular de la risa contrasta con la cultura oficial, recuerda Bajtín. Contrasta también con la seriedad de los cultos, de caras largas. Ese sentido cómico confronta el dogma, que lo convierte en burla y blasfemia. Choque de visiones. El poder encarrila su estrategia, y el rey se comporta como el pueblo, por lo cómico, de la comedia, Con el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal, se ponen en duda los códigos culturales. La ley se refuerza, al fin y al cabo, y, como la fiesta es fugaz, se refuerza la ley. La subversión de la norma es perecedera, como anuncia Vinicius, y se advierte la imposibilidad de una liberación integral. EL AUTOR es docente, periodista y filólogo

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