7A LaPrensa Panamá, miércoles 4 de octubre de 2023 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. La situación en Guatemala Crisis Alonso E. Illueca [email protected] Desde el 25 de junio de 2023, Guatemala enfrenta una grave crisis democrática e institucional. La misma ha recrudecido luego de los resultados del pasado 20 de agosto de 2023, en la segunda vuelta electoral, en donde resultó electo como presidente, Bernardo Arévalo. El gobierno en ejercicio con la aquiescencia del Ministerio Público, la Fiscalía Especial contra la Impunidad y el Órgano Judicial, y en conjunto con otros partidos políticos, han llevado a cabo esfuerzos, sin precedentes, en aras de impedir la transición pacífica del poder, elemento fundamental de cualquier sistema democrático, alegando supuestas “irregularidades”y un “fraude elect o ra l ”. La situación que vive Guatemala es un reflejo más de una realidad reiterada desde este espacio, la cual puede, incluso, llegar a parecer algo trillada. Me refiero al vínculo indisoluble entre la democracia, el respeto a los derechos humanos y la transparencia. En el caso de Guatemala, las señales de una inminente crisis institucional y democrática eran evidentes desde hace ya algún tiempo, precisamente debido a su desempeño deficiente en derechos humanos y lucha contra la corrupción. Los antecedentes más próximos a la crisis son conocidos por muchos. La expulsión de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y la orden de arresto en contra del actual secretario de defensa colombiano, Iván Velásquez, antiguo jefe de la Cicig eran ya bastante preocupantes. Si a esto sumamos los pobres resultados obtenidos por Guatemala en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional (24/100) o el hecho de que el Freedom Housecatalogó al país centroamericano como parcialmente libre (49/100), con marcadas deficiencias en derechos políticos y libertades civiles, se podía vislumbrar, en el horizonte, mucha inestabilidad. Lo anterior, aunado a una larga guerra civil (1960-1996) y su legado de impunidad, nos ofrece un lamentable dossier en materia de derechos humanos. Solo es necesario hacer memoria y recordar el genocidio en contra de los ixiles, cuyo principal perpetrador, el dictador Ríos Montt fue juzgado y condenado, para que luego dicho dictamen fuese anulado. El panorama en Guatemala de cara a las elecciones generales de 2023 tampoco era muy alentador. Por segunda elección consecutiva, los electores guatemaltecos enfrentaban una oferta electoral fragmentada, aunque en esta ocasión contaban con más de una veintena de candidatos presidenciales. Ante resultados poco favorables en la primera vuelta para los principales entes de poder de la política guatemalteca, se intentó, infructuosamente, impedir la realización de la segunda vuelta. Entre otras cosas, el gobierno del presidente saliente Giammattei intentó capitalizar la postura asumida por su gobierno en temas como la guerra de agresión rusa en contra de Ucrania o la situación en Taiwán, para obtener el apoyo de la comunidad internacional en sus intentonas antidemocráticas por criminalizar las elecciones. Por el momento, dicho apoyo no se ha materializado. Ante este escenario, Guatemala no solo está poniendo a prueba la resiliencia de sus propias instituciones democráticas sino también a las propias normas comunitarias de gobernanza democrática del sistema interamericano. A prueba está la normatividad misma de instrumentos como la Carta Democrática Interamericana (CDI). Los detractores del sistema sostienen que este cúmulo de “postulados”consagrados en la CDI se aplican únicamente cuando se trata de un régimen de una corriente ideológica distinta a la de los Estados Unidos de América. Estos detractores ven en el modelo de la Celac una alternativa pragmática a la Organización de Estados Americanos (OEA), que no otorga reparo alguno a la democracia, los derechos humanos y la transparencia. En cambio, quienes creemos en estos valores y principios normativos, y los consideramos pilares fundamentales de la convivencia pacífica entre las naciones de nuestro hemisferio, realizamos votos para que la OEA aplique la CDI con el mismo rigor y vehemencia de la que han hecho gala en situaciones análogas. Las circunstancias así lo e xigen. Las repercusiones de la insurrección en los Estados Unidos de América, la intentona golpista de Bolsonaro en Brasil o la inestabilidad política continuada en el Perú nos demuestran que las autocracias del siglo XXI desconocen de vertientes ideológicas. Eventos como estos han empoderado a los autócratas. Ahora, gobiernos con peligrosas tendencias antidemocráticas en Estados con corrupción endémica y sin cultura de derechos humanos, intentarán aprovechar esta coyuntura para continuar resquebrajando el sistema. Guatemala es una ramificación más de dichos eventos. En respuesta a estas circunstancias, las instituciones interamericanas y los Estados de la región deben estar a la altura, en el interés de preservar los sistemas democráticos de la región, que, por más imperfectos que sean, trabajan en pro de la realización de los derechos humanos y la transparencia en la función pública. El panorama en Guatemala de cara a las elecciones generales de 2023 tampoco era muy alentador. Por segunda elección consecutiva, los electores guatemaltecos enfrentaban una oferta electoral fragmentada, aunque en esta ocasión contaban con más de una veintena de candidatos presidenciales. EL AUTOR es abogado y profesor de derecho internacional La Ciudad del Saber, 25 años después Legado Jorge R. Arosemena Román [email protected] Para Federico Mayor Zaragoza, doctor, catedrático, diplomático, ex Director General de la Unesco (1987 —1998) y uno de los promotores de la Ciudad del Saber, “la Ciudad del Saber constituye actualmente un referente a escala mundial”. Su reciente testimonio es parte del prólogo de Voces de la Ciudad, libro publicado a finales de 2020, tras seguir, por casi 30 años, el desarrollo, evolución y resultados de una iniciativa que él apoyó desde 1995. Aquel año, con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se celebraron en Bambito las Jornadas de Consulta Interdisciplinarias sobre la Ciudad del Saber, que llevó a la publicación en enero de 1996 del libro Ciudad del Saber: una utopía posible. Como todos los promotores que estuvieron en los inicios del proceso de creación de la Ciudad del Saber, Mayor Zaragoza se ha mantenido vinculado al desarrollo y consolidación del proyecto y su interés se renueva con cada mensaje remitido: “Son necesarias”, dice en su prólogo, “muchas Ciudades del Saber para que todos puedan ejercer plenamente las facultades distintivas de la especie humana…reflexionar, imaginar, anticiparse, innovarse, ¡crear!” Cada consulta atendida, cada video enviado, cada comunicación generada y respondida durante casi tres décadas ejemplifican el andar de quienes, como él, fueron parte de un sueño que, como dijera el ex Presidente Ernesto Pérez Balladares orador invitado a la Siembra de Banderas que tiene lugar en noviembre de cada año, este proyecto “se ha convertido en fuente de empleos y de conocimiento…En efecto tal y como dijimos hace 20 años, algo que a muchos entonces les pareció una frase retórica: en lugar de armas hoy tenemos libros y en lugar de soldados estudiantes y profesionales”. Quienes concibieron la Ciudad del Saber se han mantenido a lo largo del tiempo cercanos e informados sobre su crecimiento y consolidación. Con ello, han seguido aportando, contribuyendo, asesorando, acompañando, al mejor estilo de nuestros Fundadores: con mística, desinterés, modestia y compromiso, concentrados siempre en lo realmente fundamental: la comunidad, su gente, sus logros, sus sinergias y su trabajo conjunto. El mismo Don Fernando Eleta, en su afán por garantizar que su legado y el de Gabriel Lewis se mantuviera en el tiempo, fue quien buscó y propuso a su sucesor. Habiendo podido buscar en el mundo entero ni quiso ni tuvo que hacerlo porque encontró dentro del grupo de panameños que conformaron la primera directiva, de la que él mismo orgullosamente fue parte, los valores, la capacidad, el talento y la claridad necesarios para asumir el reto con toda la entrega y valentía necesarias. Sin mayores recursos, más allá del valor de la tierra, sin decenas de millones, salvo el apoyo operativo de los primeros años, y sin anticipar que muy rápidamente sería la Fundación la que habría de subsidiar múltiples programas del Estado por cifras mucho mayores de las que, en su momento, fue beneficiaria. Hay algo más que tienen en común los pioneros de la Ciudad del Saber: recordarnos las tareas pendientes. Entre ellas - y quizás la más importante -, todos coinciden en la necesidad de relatar, registrar y documentar lo que la Ciudad del Saber ha venido aportando a Panamá, que no todos conocen en toda su amplitud, y que desconocen totalmente quienes se han mantenido al margen de su evolución. Recientemente dimos inicio a esa tarea a través de la publicación “25 años: Hacia la utopía posible”, que recoge en 150 páginas algunos de los hitos más importantes de este proyecto país: https://ciudaddelsaber.org/prensa/hacia-la-utopia-posible/ Desde la coordinación de la respuesta humanitaria a situaciones de desastre en los momentos más difíciles, y el trabajo de prevención hecho posible por el trabajo en red de las agencias, fondos y programas, pasando por las investigaciones realizadas y en curso, que, por ejemplo, tuvieron un impacto tangible durante la pandemia. Ese quehacer también incluye los emprendimientos que acompañamos y en los que invertimos; el apoyo a iniciativas de desarrollo sostenible con comunidades campesinas y organizaciones empresariales del interior del país; el apoyo al arte y a la cultura en general; el impacto social que se alcanza al llegar a comunidades como Loma Bonita, que pueden leer en una publicación de Ciudad del Saber su historia de más de 40 años y la incidencia que con todo ello generamos y medimos. Y a eso se agrega la transferencia de conocimiento que propiciamos, al servicio del Panamá posible —y replicable—, que construimos alojando y apoyando a una Academia Panamá para el Futuro en la que jóvenes de todo el país estudian y residen en el campus, dentro de un ambiente de innovación que los prepara para asumir nuevos re tos. La Ciudad del Saber constituye hoy un espacio donde el peatón tiene prioridad en una comunidad sostenible en términos de movilidad, servicios, reciclaje y seguridad. Donde se vive, se trabaja, se estudia, se comparte, se crea, se experimenta en un ambiente que se valora y reconoce internacionalmente, con el gran reto pendiente de que también se conozca mejor a nivel local, como bien lo señalara en un conversatorio en la Feria del Libro Juan David Morgan, Presidente de la Junta de Directiva y de la Junta de Síndicos de la Fundación Ciudad del Saber. Esta es una de las tareas pendientes de Ciudad del Saber: divulgar los programas académicos de excelencia que alberga; el conocimiento que allí se genera y se aplica; su impacto en la economía nacional; el empleo calificado que propicia… y hacerlo como testimonio de un empeño que comparten muchos panameños realmente comprometidos con su país. En esa tarea siempre será necesario actuar con la elegancia de Don Fernando, la pasión de Gabriel Lewis, la precisión de Nicolás Ardito Barletta, la generosidad de Ernesto Pérez Balladares, la determinación de Bobby Eisenmann, la sencillez de Julio Escobar, la capacidad de Irene Perurena y el amor al legado de Samuel Lewis Navarro y Mercedes Eleta de Brenes. Pero, además, y sobre todo, será necesario hacerlo a partir de los datos y hechos comprobables que hablan del cumplimiento de nuestra misión y demuestran que lo que ayer pudo parecer tan sólo un hermoso y utópico sueño se ha convertido en una comunidad innovadora que impulsa el cambio social a través del humanismo, la ciencia y los negocios. Quedará registrada, así, la historia de nuestro andar, contada por quienes han contribuido a su realización con la nobleza que nace de la modestia, a la vez digna y generosa, de aquel que no espera ni reclama reconocimiento alguno. Quienes concibieron la Ciudad del Saber se han mantenido a lo largo del tiempo cercanos e informados sobre su crecimiento y consolidación. Con ello, han seguido aportando, contribuyendo, asesorando, acompañando, al mejor estilo de nuestros Fundadores: con mística, desinterés, modestia y compromiso, concentrados siempre en lo realmente fundamental: la comunidad, su gente, sus logros, sus sinergias y su trabajo conjunto. EL AUTOR es presidente ejecutivo, Fundación Ciudad del Saber Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Diego Quijano Durán Directora Editorial Rita Vásquez Gerente General Juan Carlos Planells Gerente de Producción, Logística y Administración Basilio Fernández Gerente de Ventas y Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Jefe Editorial Mónica Palm Asesor de investigaciones periodísticas Rolando Rodríguez Editores Juan Luis Batista, Yolanda Sandoval, Eliana Morales, Aleida Samaniego ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com
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