7A LaPrensa Panamá, viernes 15 de septiembre de 2023 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Diego Quijano Durán Directora Editorial Rita Vásquez Jefe Editorial Mónica Palm Asesor de investigaciones periodísticas Rolando Rodríguez Editores Juan Luis Batista, Yolanda Sandoval, Eliana Morales, Aleida Samaniego Gerente General Juan Carlos Planells Gerente de Producción, Logística y Administración Basilio Fernández Gerente de Ventas y Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Parálisis tónica Derechos humanos Pedro Ernesto Vargas [email protected] Mañana 16 de septiembre, se cumplen 4 semanas de la brutal e inmisericorde golpiza que se le propinó a un ser humano, ante la asombrosa parálisis de quienes transitaban temprano esa mañana, a pie o en autos, por la avenida Israel, frente a la iglesia de la Divina Misericordia, hasta que un grupo de estudiantes se detuvo entre el agresor y el agredido. Su dolor debió ser no solo desgarrador sino sordo. El cuerpo inerte, sin movimiento, flácido, tirado en la calle, sin responder cada patada al cuerpo y a la cabeza no era un mecanismo de protección. La parálisis o inmovilidad tónica es un comportamiento instintivo bien descrito en animales y en seres humanos ante la tortura, la violación carnal, el temor de ser muerto, la desventaja o incapacidad de ponerse de pie y luchar (“fight or flight ”), o la muerte inminente. La inmovilidad tónica es una forma de parálisis extrema frente a la amenaza, algo como en el sueño durante las pesadillas, cuando no sale el grito ni se devuelve el golpe para protegerse. Es un fenómeno que se observa en animales y cuántas veces no ha sido Ud. testigo con alguno de sus animales domésticos que “se hace el muerto”o se hace el hipnotizado, frente a una reciente travesura. Es un mecanismo para sobrevivir a lo que viene. Quizás más frecuentemente lo ha visto entre los pájaros, pero se ha descrito en reptiles, mariposas, insectos, peces y muchos otros animales. Aquella mañana, la inmovilidad tónica se apoderó de los transeúntes adultos, cuando el agresor gritaba “es un homosexual”. El tiempo transcurrió entre el espanto y la incertidumbre. ¿Sería que, por algún momento aquel 16 de agosto, quienes veían tan horrendas imágenes de violencia y sevicia en sus pantallas de los celulares, no pudieron discernir si eran o no reales, falsas o genuinas, o si eran solo una manipulación de imágenes e información para el espectáculo? No fue la primera vez que las redes permitieron ver semejante grado de violencia contra seres humanos de todas las edades, género y condiciones. Acostumbrados a la violencia y crimen que todas las semanas luce el cine desde las pantallas grandes y chicas, nos hemos desensibilizado al punto de no reconocer que nos hemos convertido en cómplices de tales comportamientos, entre el silencio y la comodidad del sofá, en el cuarto con aire acondicionado o en auto filmando con un celular, una Cola bien fría, unas galletas de sorbeto, narrando cada golpe frente al teléfono que filma sin temblores. La “triple revolución”del internet, el teléfono celular y las redes nos han secuestrado. Me regresó la amarga visión en aquel túnel, de aquellos depredadores inhumanos, empujándose o amontonados, bajándose con apuros y descuidos de sus veloces motocicletas, ahora tiradas a un lado del pavimento, con filmadoras rodando película en la oscuridad y el repetido click de los disparadores de las cámaras de fotografiar. Con sus manos sin temblor ni sudor, le robaban con frialdad imágenes a los cuerpos desencajados y afeados, con huesos desordenados, seguro, vaciadas las cuencas de los ojos desconcertados, los labios mustios y rotos, la piel sin sangre, pálida y ausente. Allí yacía la Princesa Diana de Inglaterra y sus acompañantes. Era el 31 de agosto de 1997. Este desagradable episodio de hace un mes cundió con toda clase de opiniones enfrentadas en las redes, donde hubo ocasionales puñetazos con abundante empaque político y poco o alguno, ético. No faltaron francos improperios, vulgares epítetos, mundanos razonamientos, de los mismos que promueven tales actos sin que ocultaran sus excusas disfrazadas para sublimar la discriminación y la homofobia. La cobardía y la sevicia de la mano, como en el crimen de la avenida Israel. Otros, también rabiosos y puntuales, señalaron el odio que se ha ido creando y criando en algunos segmentos de la sociedad, contra toda aquella persona que tiene una orientación sexual no coincidente con su género o contra personas que transitan de un sexo al otro. Hubo quienes quisieron negar esta realidad nacional con respecto a la diversidad sexual, sistemática entre nosotros y que se niega con la misma vehemencia que, en los Estados Unidos, los grupos racistas niegan la discriminación racial sistémica y estructural, que no se oculta en ningún plano de la sociedad, sea el de la salud, la educación, el laboral, o el profesional. La sociedad retratada en blanco y negro. Somos personas, no sexos. La inmovilidad tónica es una forma de parálisis extrema frente a la amenaza, algo como en el sueño durante las pesadillas, cuando no sale el grito ni se devuelve el golpe para protegerse. EL AUTOR es médico pediatra y neonatólogo El gobierno saliente ha fracasado; ¿de quién es la culpa? Política I. Roberto Eisenmann, Jr. [email protected] Podríamos hacer una lista de sus fracasos, y además ponerle nombre y apellido a cada uno de ellos, pero eso sería poco serio, casi que sumarse al deporte nacional que es la queja parasitaria. No sirve de nada. Es destructiva, sin efecto constructivo alguno. La culpa del fracaso de este Gobierno, al igual que la del anterior,ad infinitum, es la sociedad …¡somos todos nosotros! Hemos sido observadores demasiado pasivos, hemos sido demasiado tolerantes frente a la falta de transparencia, la corrupción o el robo de los fondos públicos. Incluso, si leemos los resultados de la encuesta que publica en redes “p r opositopanama.com”, el 83% de nosotros nos confesamos “i n s at i s f e c h o s con la democracia, 87% de nosotros decimos que los partidos “no funcionan bien”y, - ¡oigan esto! - 53% decimos sin vergüenza: “no me importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si resuelve los problemas”. Leamos esto una y otra vez, y veamos hasta dónde ha llegado nuestro cinismo e ignorancia, y total falta de sentido de responsabilidad y de ciudadanía. Estamos hablando de que a más de la mitad de la población la tiene sin cuidado perder la democracia. ¿Y tenemos entonces alguna duda de quiénes somos los responsables del fracaso del gobierno saliente? Estamos frente a una nueva elección para escoger presidente, diputados, alcaldes y representantes. Iniciemos el cambio que tenemos que dar nosotros, los responsables. Cambiemos la pregunta. En vez de preguntarnos quién tiene la mayor posibilidad de ganar para montarnos a ese carro…y sentirnos ganadores, modifiquemos la pregunta a: ¿cuál de los candidatos es el que tiene la menor cantidad de compromisos, y por ende tiene la mayor posibilidad de producir cambios disruptivos y necesarios para iniciar un nuevo impulso a la democracia de ciudadanos que requiere nuestro país, hoy a la orilla del barranco democrático? Al contestarse esta pregunta vote por su respuesta, a sabiendas de que será el primer paso de corrección necesario. La salvación de la democracia no la produce una elección, por más importante que sea. De allí en adelante nos toca a usted y a mí ejercer una ciudadanía militante para criticar todo lo que se salga de los parámetros de construcción permanente de la democracia de ciudadanos. Mantengamos a quien salga elegido fiel a sus promesas desde su primer día de gobierno, cuéstenos lo que nos cueste. Nada de paralizar acciones necesarias por estar “midiendo consec uencias”. No hay peor consecuencia que –por falta de firmeza y valentía- condenar a nuestros hijos, nietos (y en nuestro caso bisnietos) a la autocracia...y a andar huyendo de país en país buscando lo que sus padres y abuelos no se atrevieron a defender en el suelo patrio. Tenemos que comprender cuál es nuestro “chip”. Nosotros los ciudadanos somos la base, la fundación de la democracia. Los gobernantes temporales son los servidores públicos que nosotros pusimos en sus puestos. Nosotros tenemos la obligación de cumplir con la auditoría y veeduría permanente de sus funciones como servidores públicos, y de lograr–si son funcionarios nombrados y no cumplen –que sean despedidos por la presión pública, y si son electos, votarlos (botarlos) por vía electoral. La democracia de ciudadanos, sin duda, es la mejor de los defectuosos sistemas de gobierno. Lo es porque está basada en la libertad, donde todos tenemos voz. Usémosla todos los días, como ciudadanos y dueños del poder que somos ¡a tiempo completo! PD: Decir “No a la mina”es negar una realidad. La mina existe, la inversión de $1,000 millones existe, los 7,000 empleos directos bien pagados y los 32,000 empleos indirectos existen y, la operación minera existe desde hace 6 años. Lo que la mayoría quiere –y me incluyo –es que la Asamblea devuelva el contrato para completar la negociación y eliminar todas las cláusulas irritantes y otras probablemente inconstitucionales, producto de negociar con un gobierno inepto, oscuro y con conflictos de intereses obvios. Completar la necesaria contratación será tarea del próximo gobierno, sea cual fuere. El actual no tiene la credibilidad ni la capacidad política para l o g ra r l o . Seguir insistiendo este gobierno en el contrato de la mina y la ley de transparencia es, entre otras cosas, completar su suicidio político. Nos toca a usted y a mí ejercer una ciudadanía militante para criticar todo lo que se salga de los parámetros de construcción permanente de la democracia de ciudadanos. EL AUTOR es presidente fundador de La Prensa Estrategia multisectorial para el control de la tuberculosis Salud pública Amador Goodridge [email protected] Más allá de la generación de conocimientos, la misión de los científicos se extiende a la generación de soluciones a los problemas que aquejan nuestra sociedad. Esta misión, lejos de ser una “responsabilidad social de los investigadores”, es el fin propio de la investigación, plasmado desde su fase de proyecto. Tal es el caso del reciente estudio de las bacterias que causan la tuberculosis de la región Occidental de nuestro país, donde la colaboración entre el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP) en la Ciudad del Saber y el equipo regional de salud permitió generar conocimientos de alta calidad que permitieran implementar nuevas estrategias para enfrentar esa enfermedad. En el proceso, estudiantes y científicos oriundos de Chiriquí y la Comarca Ngäbe Buglé en conjunto con investigadores de Indicasat analizaron el genoma de la bacteria que causaba la tuberculosis entre 2017 y 2021. Los hallazgos fueron publicados en la prestigiosa revista American Journal of Tropical Medine and Hygiene. Para divulgar los resultados del estudio, la Organización Panameña Antituberculosa (OPAT) apoyó al Patronato del Hospital José Domingo de Obaldía a establecer una mesa de trabajo multisectorial con los actores de salud de la región Occidental que incluyó a los investigadores, el Ministerio de Salud, la Caja de Seguro Social y la Universidad Autónoma de Chiriquí. Esta mesa, además de identificar los los desafíos que emergen a la luz de los resultados del nuevo estudio, permitió esbozar una agenda de acciones para mejorar la atención a la tuberculosis en la Región. De esta forma, los investigadores pasamos de ser generadores de información a catalizadores de solución dentro de la comunidad. A nivel global, la ciencia y la tecnología hacen parte de un mismo empeño ante el desafío de la tuberculosis. Así, la respuesta multisectorial a esta enfermedad forma parte de la estrategia “Fin de la Tuberculosis”lanzada por la Organización Mundial de la Salud, que incluye entre sus pilares la investigación, desarrollo e innovación. La nueva mesa de trabajo contra la tuberculosis de la región Occidental constituye un ejemplo que consolida una respuesta en que confluyen academia, gobierno, sociedad civil y empresa privada. Allí, el rol de científico es traducir los avances científicos globales y facilitar su uso como instrumentos para cambiar el problema localmente. EL AUTOR es investigador en el INDICASAT-AIP, presidente de la Organización Panameña Antituberculosa e integrante de Ciencia en Panamá
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxMjUzOA==