7A LaPrensa Panamá, lunes 28 de agosto de 2023 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Diego Quijano Durán Directora Editorial Rita Vásquez Jefe Editorial Mónica Palm Asesor de investigaciones periodísticas Rolando Rodríguez Editores Juan Luis Batista, Yolanda Sandoval, Eliana Morales, Aleida Samaniego Gerente General Juan Carlos Planells Gerente de Producción, Logística y Administración Basilio Fernández Gerente de Ventas y Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Vergüenza financiera en Panamá Responsabilidad fiscal Bryan Townshend B. [email protected] La semana pasada, Fitch Ratings emitió una advertencia sobre los balances generales de Panamá. Esto se debe a que el gobierno ha estado registrando subsidios como gastos de capital durante años, cuando en realidad son gastos corrientes. Esta situación es tan absurda como si una nutricionista afirmara que la carne es un carbohidrato, o un abogado dijera que un divorcio es un proceso penal. Un gasto corriente se refiere a los desembolsos financieros que una entidad o individuo realiza para cubrir los costos operativos regulares y necesarios de su funcionamiento continuo. Y es tácito y entendido que los subsidios entran en esta categoría, incluyendo los $411.4 millones del Plan Panamá Solidario. El gobierno no solo actúa con descaro, sino que también parece vivir en una burbuja de percepción, donde cree que nadie se da cuenta de sus errores. Critican a instituciones calificadoras por señalar problemas y luego utilizan tácticas burocráticas para "reducir" el déficit fiscal, similar a prácticas contables corruptas. Resulta irónico que el informe del Balance Fiscal del Ministerio de Economía y Finanzas mencione los componentes significativos del Gasto de Capital, pero no proporcione una tabla descriptiva completa de los elementos. Al observar los datos, se evidencia que el gasto del Plan Panamá Solidario es más relevante que los desembolsos de $382.9 millones del Minsa, $204.5 millones del Meduca, $137.9 millones del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, $404.1 millones ejecutados por el Metro de Panamá, S.A. y $349.6 millones otorgados por el Ifarhu en concepto de becas. Sin embargo, solo es superado por el MOP, que tuvo gastos por $548.3 millones. Lo preocupante es que no se está haciendo suficiente ruido acerca de lo grave que es esto. El “no saber”có - mo tabular correctamente los ingresos y gastos demuestra un alto nivel de incompetencia profesional. La incompetencia genera incertidumbre; no vas a confiar en alguien que no es capaz de hacer bien su trabajo, o peor, que piensa que no vas a comprender que está llevando a cabo una acción cuestionable para mostrar que “no es tan mala la situación”. Las calificadoras, como Fitch, basan su modelo de negocio en la confianza que generan como institución. Ante hechos tan evidentes y hasta patéticos, pueden reducir la calificación de riesgo de un país. Si usamos el EMBI (Emerging Markets Bond Index, que es un índice que mide el riesgo crediticio de los bonos emitidos por países en desarrollo) de Panamá como variable para la calificación de inversión, esta tendría una correlación del 55% con el PIB de Panamá, con un rezago de un año (es decir, se observa el impacto de una variable en el año siguiente de la otra variable). Sin embargo, el impacto es aún mayor debido al alto nivel de endeudamiento que está en constante aumento en el país. Si la calificación de riesgo disminuye, el costo de la deuda también aumenta. Esto significa que cada millón que el Estado se endeuda tendrá un impacto más significativo en el ciudadano promedio de Panamá. Recuerden, si al Estado le cuesta cada vez más obtener plata, es probable que aumenten los impuestos, aunque estos no retornen de manera efectiva a la población. El “no saber”cómo tabular correctamente los ingresos y gastos demuestra un alto nivel de incompetencia profesional. La incompetencia genera incertidumbre; no vas a confiar en alguien que no es capaz de hacer bien su trabajo, o peor, que piensa que no vas a comprender que está llevando a cabo una acción cuestionable para mostrar que “no es tan mala la situación”. EL AUTOR es miembro de la Fundación Libertad ¿Se subirá Panamá a este nuevo tren de oportunidad o lo seguirá ignorando? Competencia Alberto Jabiles Schwartz [email protected] En su génesis republicana, Panamá abrió sus puertas a profesionales extranjeros que sumaron sus esfuerzos al desarrollo de su nueva patria. Ingenieros, economistas, sociólogos, arquitectos, farmaceutas, químicos, financistas entre otros llegados de otras latitudes contribuyeron a la creación de gremios profesionales e instituciones educativas, entre la que destacamos a la Universidad de Panamá, fundada el 29 de mayo de 1935, nutrida con académicos austriacos, alemanes y españoles entre otros orígenes foráneos. Sin embargo, paulatinamente, una abierta xenofobia al profesional extranjero se impuso en el país, apoyándose en leyes que iban aprobándose y que prohíben al día de hoy el ejercicio de más de 50 profesiones u oficios a personas residentes que no han pasado aun el proceso de naturalización, mientras que, en paralelo, países tales como Singapur, Australia, Nueva Zelanda, Costa Rica, Colombia, Argentina, Chile, Canadá, Estado Unidos, Israel y los integrantes de la Unión Europea, entre otros, compiten entre sí y salen a incorporar profesionales extranjeros a su fuerza laboral y académica a la velocidad de un tren eléctrico, mientras que en Panamá, lamentablemente, se pierden oportunidades por insistir en las restricciones que no permiten si quiera poner los rieles para el desarrollo. Por más incómodo que sea para algunos gremios profesionales que buscan guarecerse en sus privilegios y para funcionarios que no se atreven a ponerle el cascabel al gato, debemos reconocer que las disposiciones restrictivas en Panamá son lastres que impiden aprovechar los conocimientos a potenciales recién llegados negándoles oportunidades de sumarse al crecimiento nacional, lo que resulta en la elección por parte de ellos de otros destinos en donde sumarán su talento, lugares en donde una vez homologados los títulos de acuerdo a las legislaciones locales, no se ve a los inmigrantes como competidores, sino, como aliados a quienes se les ofrecen plazas laborales en virtud a su capacidad profesional, descartando el método anacrónico de reservarlas a los poseedores de un documento de identidad nacional bajo el muy inteligente argumento que más vale sumar que ignorar. Una cédula de nacional no convierte al profesional en necesariamente la mejor opción competitiva para el país emisor de la misma. ¿A qué se le teme? ¿Al progreso que da la libre competencia? ¿A contratar a personas de acuerdo a sus calificaciones y conocimientos? ¿Seguirá Panamá sufriendo por un sistema arcaico de proteccionismo nacionalista irresponsable? ¿Es que acaso los opositores a la recepción de profesionales extranjeros no se dan cuenta del daño que se están haciendo a sí mismos y al país? Tal y como salió publicado en diversos medios nacionales, en febrero de 2020 estas propuestas inclusivas fueron debatidas en la Cámara de Comercio Industria y Agricultura de Panamá, gremio empresarial cuyo entonces presidente señaló que estas disposiciones hacen que Panamá “fi - gure a la cola en las mediciones internacionales de educación, muy por debajo del promedio mundial”, lo que evidencia “el error de impedir que catedráticos extranjeros enseñ e n”en las universidades panameñas, algo que, agrego yo, atenta en contra de los mismos intereses nacionales. Bajo esta idea, estimado lector, elevo un hecho irrefutable: ni uno solo de los más de 600 Premios Nobel pudiera trabajar legalmente en Panamá, pero sí en las más renombradas universidades, instituciones de investigación, empresas y academias ubicadas en países en donde no son ciudadanos. Pregunto, ya con dolor, ¿tan mal estamos que incluso se prescinde de los galardonados con el Premio Nobel? ¿Por qué esta insistencia de atentar en contra de los intereses de Panamá negándosele la oportunidad a subir de una vez por todas en el tren del progreso? Una cédula de nacional no convierte al profesional en necesariamente la mejor opción competitiva para el país emisor de la misma. ¿A qué se le teme? ¿Al progreso que da la libre competencia? EL AUTOR es licenciado en Educación e Historia Réplica sobre Panamá, 25 de agosto de 2023 “Conveniencia: Ahora resulta que el exmagistrado Harry Díaz será postulado por el partido Alternativa Independiente Social (PAIS) como diputado por el 8-4, según sus propias declaraciones a Telemetro. Así nos enteramos de que el Sr. Bocón le reservó la postulación y le evitó estar recogiendo firmas que como independiente “capaz”no lograría. Si Harry hace como diputado la mitad de las cosas que hizo como magistrado, será muy entretenido.” Ante nada, es extraño que se use la palabra conveniencia en una glosa que se refiere a mi persona como candidato a diputado por el circuito 8-4. Estoy jubilado, vivo honestamente muy tranquilo, cuando uno hace el bien no tiene por qué temer, no tengo complejos materiales ni ambiciono riquezas, ni poder, valoro la familia y el tiempo que ahora les puedo dedicar, no busque ser candidato a diputado, me lo presentaron como un reto más a mi vida. No un reto para aprovecharse del cargo, sino para combatir la corrupción, como siempre lo he hecho en múltiples cargos públicos. No hay nada de conveniente en dedicar 5 años más (de ser electo) batallando contra otro tipo de corruptos, distintos a los que enfrente en la Corte Suprema, pero de la misma negativa esencia. Más bien lo “conveniente ”está en decir lo que le venga en gana, pero escudándose en una glosa donde no se da la cara ni hay responsables. Ciertamente nunca sabremos si hubiera reunido las firmas como independiente, es un arduo trabajo y sacrificio, admiro y respeto a todos los independientes que anhelan un mejor país con su aporte. Aunque sea inverosímil para algunos, hay personas que tenemos vocación de servicio y esto es muy sencillo: EL QUE NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR. Recomiendo que lean el concepto de “Ubuntu”, es un término que se usa en una tribu sudafricana para explicar que “todos somos uno”y es una norma ética enfocada a la lealtad con las personas. Es decir, todos debemos procurar el bienestar del resto, y no de forma individual, lo que se supone que debe ser el trabajo o la vida en sociedad. Los corruptos dañan precisamente esta situación. Bueno, por otro lado, seguirá entretenido de ser electo diputado, porque soy una persona proactiva, analizo las deficiencias del sistema, y las corrijo o trato de hacerlo. Estoy acostumbrado a batallar siendo minoría, una vez señale en un pleno (9 magistrados) “lamentablemente para alguno de ustedes, tengo sangre vasca y alma espartana”y seguiré enfrentando todo lo que sea incorrecto. No, no es conveniencia, aunque para un corrupto, es una mina de oro, para una persona correcta, un cargo público es una responsabilidad que requiere arduo trabajo. Espero que la Prensa, más que por derecho a réplica, publique este contenido en su página web como apropiado acto de cortesía. Harry Alberto Diaz Ced. 8-236-789 Glosa del Tal Cual *Las réplicas son publicadas tal como son enviadas por su autor. La Prensano modifica, edita o corrige su contenido.
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