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prensa_20210920

6A LaPrensa Panamá, lunes 20 de septiembre de 2021 Tal Cual RedaccióndeLaPrensa [email protected] ¿CONVENIENCIA? El viernes por lanoche se tropezaron enel restauranteATope deCostadelEsteel in - nombrabley supupilaZu - layRodríguez. Él departía consusnuevas amistades yellaconsugrupode co- mensales. Se saludaronde besos yabrazos ypor lo vistoél prefirióconversar conellaporquehasta lepi - dióa sucompañeraceder - le la sillaa ladiputada. Verdaderamenteque la políticaes comoel bosque tropical, sealimentade su propiabasura. FARSA. Pero lacosanoparó allí. Luegodeque ladipu - tadase retiróde lamesa del innombrable, éste se apoderóde los controles delDJy, desdeallí, cual ca- podi tutti capi , disfrutó del final de lanochemien- trasbailabae invitabaron - dasde licora lospresentes. Ojaláque los jueces y fisca - les tomennotade seme- jantedespliegue lapróxi- mavezque se leocurra lle - gar conandaderayenfer - meraal juzgado. CARAMBA. El alcalde capi- talino, JoséLuisFábrega, insiste enconstruir obras que ya existen. Lociertoes que, segúnel propioMu - nicipio, para el diseñoy construccióndel nuevo mercadodelmarisco se destinóunpresupuesto deunos40millonesde dólares. Loquehabríaque recordarle a estagente es que ensu informedel pri- mer añodegestión (2019-2020), para lamis - maobra sehabíaasignado una inversiónde20millo - nesdedólares.Una expli - cacióndel alcaldenoven- dríanadamal porque, al pasoque va, para cuando deje la comuna laobra bienhabríapodido ser construida con la caja2de Odebrecht. DEMALENPEOR. Durante el directoriodel PRDde este finde semana, el presi- denteLaurentinoCortizo volviócon la cantaletade que“recibimos el gobier - nocon1,836millonesde dólares endeudas a traba - jadores, yundéficit por $2,101millones”. Segura - mente él y sugobiernohan tomado todas lasprevisio - nesnecesariasparaque cuandoentreguenel po- der enel balancede las fi - nanzaspúblicasde2024 sehaya saldado ladeuda públicade$42,656millo- nes que, segúnelMEF, se espera tener al términode 2022. ¡Qué fácil que es ver lapaja enel ojoajenoyno la viga enel nuestro! Panorama La viabilidad de la democracia panameña y de las libertades de los ciudadanos dependen de que los fiscales y jueces entiendan que tienen que def nder la libertad de expresión y el derecho a criticar los asuntos públicos. La reciente denuncia por extorsión contra Moisés Bartlett es un peligro para todos. ANÁLISIS RodrigoNoriega EspecialparaLaPrensa [email protected] E lsecuestrodelascuen - tas corrientes, de aho- rros, plazofijo, accio - nes y cajillas del abogado Moisés Bartlett, precedido porunadenunciaporeldeli - to de extorsión interpuesta por la representación legal de la sociedadPanamá NG Power, según hainformado Wilfredo Jordán eljueves 16 deseptiembrede2021en La Prensa , representan loshi - tos más recientes de una pe- ligrosa tendenciaen Pana - má: eluso delsistema judi - cial para silenciar a los críti - cossociales. En el caso de Bartlett su pecado ha sidocuestionar lo relativo al desarrollode una concesión de generación eléctricaen basea gasnatu - ral, que desdeun principio fue sumamente llamativa, ya que, este proyecto “... que nunca construyó Panamá NGPower y quese había ga - nadoa través de unalicita - ción en la que no hubo otros proponentes ” (Wilfredo Jor - dán, LaPrensa 2de juniode 2021),havueltoalavidagra - ciasaqueunconsorciodeca- pital estadounidense com - prólaconcesión. El abogado Bartlett ha se - ñaladopúblicamente quela nueva empresa generadora de gasnatural requeriráque elEstadodebapagarel exce - sodeenergíaenelsistemade generación y, por consi - guiente,paraevitarquelata - rifaeléctricaaumente,elEs - tado tendrá queincremen - tar el subsidio aeste sector. Por estas críticasy suactivi - dad como abogadoen favor de los bienes públicos, Bar- tlett enfrenta ladenunciade extorsión,elsecuestrodesus bienes, acompañados de una campaña propagandís- ticadedesprestigio. Bartlett no es el único pa - nameño que es víctima del acoso judicial.La imputa - ción, el 1de septiembre pa - sado, al periodista Mauri - cio Valenzuelapor eldelito de “violencia de género” inexistente representaotro ejemplodel acosojudicial. Enel casode Valenzuela,la diputada Zulay Rodríguez lo denunciópor este delito tanserio conla obviafinali - dad de producir censura y causar escarnio entre pe - riodistas y opositores de la diputada. Valenzuela, unperiodista y activista conocidopor de - senmascarar escándalos comola fiesta enLa Fraga - ta, las 500bolsas decomi - das en San Francisco, y otrosejemplosdeabusosde poder esun blancode alto perfil, para el acoso judi - cial. Algunossectores, in - cómodos conel activismo deValenzuela, handemeri- tado la imputación como una excentricidad dela que algunos diputados son ca- paces. Más alláde este caso particular, la imputación de Valenzuela confirma una tendencia salida de control, según lo han de - nunciado organizaciones como el Consejo Nacional de Periodismo y el Fórum de Periodistas por las Li - bertades deExpresióne In - formación. Unatendenciapreocu - pante El usodel sistemajudicial paraelacosodeperiodistasy críticos ha retomado vigen - cia en los últimos años. El año pasado,la juezade Ga - rantías ElkisMartínez, apli - candolas normasdeprotec - cióndelasvíctimas,ordenóa la Corporación La Prensa y al periodista Rolando Ro - dríguezno investigarni pu - blicar más sobre la trama de posible corrupciónjudicial descubierta por el periódico español El Mundo . L a ab- surda medidacontó con el visto bueno dela Corte Su - prema, principal órgano sospechoso dela posibleco - rrupción. Lamedidade cen - sura de lajuezaMartínezno soloatentócontralalibertad de expresión,si noquevioló el principio dedefensa del periodistaRodríguezyde La Prensa , ya que no podrían investigar sobre las situacio- nesqueleserviríandedefen - saensupropiocaso. Por otra parte, la periodis - ta Linett Lynch fue conde - nada a pagar 2 millones de dólares como indemniza- ción de unademanda civil interpuesta poruna ex fun - cionaria judicial, sobre la que Lynch habíaescrito. El caso tenía suselementos de Ripley, ya que la periodista fue demandada solidaria - mentecon elmedioimpreso que publicó elreportaje. A mediocamino,eldiarioque - dóexcluidode lademanday la periodista quedó sola, prácticamente sin defensa legal. Elcaso llegó ala Corte Suprema de Justicia, en la que se confirmó la cuestio - nabledecisión. Los periodistas y los me - dios no sonlas únicas vícti - mas del acoso judicial. Por ejemplo,MaxCrowe,unem - presarioresidente enel ba - rrio de Albrook, fue secues - trado civilmenteporque la asociación de propietarios que presidía se había opues- to a que seviolaran las nor - masde zonificacióndel sec - tor residencial desu comu - nidad. A Crowe le sacaron sus artículos personales, in - clusosus muebles,de suca - sa,paraguardarlosenunde - pósito a la espera de que al - gún día haya justicia en este país. El casodeKatyMcgrathes muy emblemático. En un país sediento de inversión extranjera,losucedidoaesta inversionistaestadouniden - se es de película de terror. Después de adquirir un apartamento en elPHCrys - tal, la estadounidense se en - contróconlasorpresadeque susvecinosdearriba,habían convertido su apartamento paraotrospropósitosdistin - tos a los residenciales,afec - tando el techo deMcgrath, y poniendoen riesgo su vida. Luegodeobtenerelrespaldo determinado del Sinaproc y ganarlas instanciasjudicia - les, el municipiodePanamá se salióconquenotenía fon - dospara lademoliciónde las obras irregulares.Mientras tanto, los responsables del desmánsecuestraron laad - ministracióndelPHCrystal, e interpusieron accionesle - galescontra losexfunciona - rios que respaldaron a Mcgrath. El costode lacríticaal poder Los casos arriba presenta- dospodríandarlaimpresión de que se trata de prácticas limitadas a la capital de la República. Esto no es cierto. Así, la activista Larissa Duarte, residente cercanaal Río Cobreen Veraguas, fue demandada por 10millones de dólares por una empresa queculpaaDuarteporhaber organizadola oposiciónco - munitaria contra su proyec - tohidroeléctrico. A suvez, lacomunicado - ra Ligia Arreaga,quien de - dicóaños desuvida adarle voz a las preocupaciones comunitarias y ambienta- les en Darién, tuvo que sa- lir de Panamápor las ame - nazasque recibíacontra su vida y bienestar. La Causa: denunciar lacorrupción y la devastación ambiental enDarién. Luego de regre - sar al país Arreaga se en- contró con la realidad de que algunos delos señala - dos por ella, terminaron interponiendoun casope - nal en su contra, por deli - tos contra el honor. Al no contarconlosvastos recur - sos necesarios para una buena defensa legal, Arreaga optópor abando - narnuevamente el país. Estos casos sonla punta del témpanode hielo, que demuestran la fragilidad de un sistema dejusticia que es incapaz de detener lo que abiertamente constituyeun acoso judicialdesmedido y una perversión del Estado de derecho. Manchar la re - putacióndeMauricioValen - zuela con elestigma de que fue imputadopor violencia de géneroes una canallada delapeorclase.Dejar aMoi - sés Bartlett sincuentas ban - cariasequivaleaunaamena - za pública contra todos aquellos que osen cuestio - nar a las empresasdegasna - tural. La viabilidadde lade - mocraciapanameña yde las libertades delos ciudadanos dependende quelos fiscales y jueces entiendan que tie- nen que defenderla libertad de expresión y el derecho a criticar losasuntos públicos, como fundamentos deuna sociedad abierta y funcio - nal. Elacosojudicialcontrape - riodistas, abogados, inver - sionistas extranjeros y acti - vistasdicemuchosobreel ti- podesociedadenlaquevivi- mos, si permitimosque ellos sigan siendoacosados, elca - mino quedadespejado para todoslos demásciudadanos yhabitantesdeestepaís. Palacio de justiciaGil Ponce, sede de laCorteSuprema deJusticia, en el corregimiento deAncón. RománDibulet El derechoacriticar losasuntos públicos, basedeunasociedadabierta

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