7B LaPrensa Panamá, sábado 22 de agosto de 2020 Variedades Vivir Tratamientoconcélulas madreofreceesperanzas apacientes diabéticos SALUD AFP.ESTADOSUNIDOS Una nueva técnica para desarrollar células produc- torasdeinsulinayquepuede protegerlas de rechazos in- munológicos tras haber sido trasplantadas podría ofre- cerunrayodeesperanzaaal- gunosenfermosdediabetes. En la diabetes tipo 1, el cuerpo actúa contra sí mis- mo y ataca a las células beta de los islotes pancreáticos (cúmulosdecélulas). Estas células beta son res- ponsables del equilibrio de los niveles de azúcar en la sangreydeexpulsarinsulina para que este nivel se man- tenga estable. Sin ellas, los diabéticos dependen de la inyeccióndeinsulina. La dependencia de las inyecciones se puede evitar con el trasplante de islotes, pero la operación es compli- Más de400millones de personas sufrende diabetes. Archivo cadayhaypocosdonantes. Además, a veces los islotes no logran conectar con los vasos sanguíneos e, incluso cuando lohacen, pueden ser atacados por el sistema in- munológico del receptor, que identifica a sus células como invasoras, producién- dose así un rechazo, como ocurre con cualquier otro trasplante. Por ello, los pacientes tie- nen que medicarse con in- munosupresores, prote- giendoel trasplanteperoex- poniendo el restodel cuerpo aposiblesenfermedades. En un intento de superar algunas de estas dificulta- des, un equipo trató de en- contrar otra fuente de islo- tes, haciendo que células madre pluripotentes indu- cidas (iPS) produjeran lo que el equipo llamó HILOs (organoides similares a islo- teshumanos). EsosHILOs,alsercultiva- dos en un entorno 3D pare- cido al páncreas y turbocar- gados con un “interruptor genético”, produjeron insu- linayregularonlaglucosaen la sangre al ser trasplanta- dosenratonesdiabéticos. “Enelpasado,estafunción sólo se conseguía tras una maduración de meses en un animal vivo”, explicóRonald Evans,directordellaborato- riodegenéticaGeneExpres- sion Lab del Insituto de Es- tudiosBiológicosSalk. “Este avance permite la producción de HILOs ope- rativos que funcionan desde el primer día del trasplante, loquenosacercaaaplicacio- nes clínicas”, indicó a la AFP Evans,quedirigióelestudio. Tras haber encontrado una potencial manera de solventar el problema de aprovisionamiento, trata- ron de solucionar el del re- chazoinmunológico. Para ello, se centraron en una proteína de punto de control,PD-L1,queinhibela respuesta inmunológica del cuerpo. En tratamientos contra el cáncer, a veces se utilizan medicamentos para blo- quearlaPD-L1,loqueinten- sifica larespuesta inmunita- riadel cuerpo frente a las cé- lulascancerígenas. El equipo consiguió rever- tir ese proceso e indujo a los HILOs a expresar la proteí- na, con el fin de esquivar al sistemainmunológico. Mientras que los HILOs trasplantados a ratones sin laproteccióndelaPD-L1de- jaban de funcionar poco a poco, aquellosprogramados para expresar la proteína continuabanayudando a los ratones diabéticos a regular sus niveles de glucosa en sangre durante más de 50 días. La viejautopíaen ruinas ‘La hija de la española’, de Karina Sainz Borgo, es un libro que se lee con creciente sensación de asfixia y que dibuja una Caracas como un escenario de agria confrontación sin escape posible. Prosa profana SergioRamírez
[email protected] L a última vez que estuve en Ve- nezuelafueen2007,tiempoya lejanoenque el chavismobus- cabaconsolidarseapretandotodas las tuercasposiblesde lamaquina- ria de poder, para convertir, tantos añosdespués, la inciertautopíadel socialismodel siglo veintiuno en la alucinantedistopíaquees ahora. Y me acompañaban entonces dos li- bros que me ayudaban a entender el paisaje viviente, la novela País Portátil , de Adriano González León, de 1967; y Chávez sin uni- forme , de Cristina Marcano y Al- berto Barrera Tyszka, entonces re- ciénaparecido. Uno podía entonces imaginar aún a Venezuela de dos maneras: como en la historia del rey Midas, que todo loque tocaba lo convertía en oro; o como el país de Jauja, dondeestandotodotanamano,no senecesitaniararniaserrar. “Detrás de un Mitsubishi hay gente comprometida”, rezabael le- ma de un anuncio de página ente- ra, cuándo aún había diarios im- presos: un ejército de técnicos so- nrientes, custodiaba un deslum- brante modelo Lancer. La palabra compromiso, igual que la palabra revolución, pertenecían al léxico sagradodeChávez, y aúnpodía sa- carse partido a los eslóganes revo- lucionarios. “Venezuela rueda, y rueda en ca- rros y camiones hechos en Vene- zuela”, dice el anuncio de la Chry- sler citado como epígrafe en País portátil . Todavía en 2007 había colas de espera de hasta seismeses para recibir el modelo de coche re- servado, Mercedes, Jaguar, Hum- mers. Y una fiesta para los ciruja- nos plásticos. Unamuchacha solía recibir como regalo de sus padres, al cumplir los quince años, un lift delossenos,noenbaldeelpaíspro- ducíareinasdebellezaenserie. Peroenlosañossetenta,graciasa lamisma bendición inagotable del petróleo, tan mal repartida, Vene- zuela era también un foco cultural único:elpremiodenovelaRómulo Gallegos, el más importante del continente; la Biblioteca Ayacu- cho, dirigidaporÁngelRama, des- tinada a publicar todos los libros capitalesdelaculturalatinoameri- cana; periódicos innovadores co- mo EldiariodeCaracas , quediri- gióTomásEloyMartínez. El personajede Paísportátil , un combatiente guerrillero, busca en la lucha clandestina lo que aún es posible para la utopía personal en los años sesenta, las claves perdi- das del país desigual en que ha na- cido. Hoy, la utopía se ha degrada- do hasta la caricatura, convertida en un adefesio mentiroso, buro- cráticoyletal. Por eso es que las novelas que es- criben los jóvenesparacontar el si- glo veintiuno venezolano, son dis- tópicas. The Night , de Rodrigo Blanco Calderón, ganadorade laBienalde NovelaVargasLlosa: Caracas en la oscuridad de los apagones como un cementerio sin voces, el aluci- nante retrato en sombras de un in- framundo donde los psicópatas andan sueltos como almas en pe- na. Y La hija de la española , deKa- rina Sainz Borgo, premiada enEs- paña, Francia y Alemania, que re- cién he leído, y que ha provocado este artículo. Es un libro que se lee con creciente sensación de asfixia, unomismoacorraladoenlatrama. Caracas ha dejado de ser la ciu- dad abierta, de agudos contrastes, paraconvertirseenunescenariode agria confrontación sin escape po- sible;porqueel poderdegarras su- cias que controla a la gente, invade viviendas, tirotea a los disidentes en las calles, llena las morgues de cadáveressinnombre. Entonces, Adriana Falcón, ex- pulsada de su casa, busca refugio metiéndose dentro de la identidad de Aurora Peralta, su vecina, hija de una inmigrante española. El cambio de identidad es la única puerta para escapar del infierno que arde día y noche en las calles, partidas demotorizados, la policía coludida con los acólitos del poder de“loshijosdelarevolución”. Y la Mariscala, y sus secuaces, personajes de los bajos fondos que repiten los eslóganes encendidos que se cantan a ritmo de reguetón, mientras trafican con los alimen- tos de la cartilla de racionamiento, son la imagen última de la meta- morfosis entre la vieja utopía en ruinas y la distopia que arde en las fogatas callejeras con llamas de azufre. La redención prometida, ha ter- minado en una fantasmagoría de esperpentos. Hoy enVenezuela, la utopía se ha degradado hasta la caricatura, convertida enun adefesiomentiroso, burocrático y letal. AFP 1500 ALQUILER 1510 Amoblados 1530 Casas 1535 Cuartos 1545 Hospedajes 1547 Locales 1520 Apartamentos 1550 Terrenos 1555 Negocios 1560 Playase interior