4A LaPrensa Panamá, sábado 15 de agosto de 2020 Panorama RefugioAmordeDamas, un alberguedegritosy lamentos En la comunidad de Los Caratales en Santiago, Veraguas, niñas fueron enviadas por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia a un albergue del cual tuvieron que huir por supuesto maltrato. DERECHOSHUMANOS OhigginisArciaJaramillo
[email protected] L os días y las noches no son los mismos desde hace dos años en la re- mota comunidaddeLosCa- ratales,aunahoradeSantia- go, en la provincia de Vera- guas. Los “gritos” y “lamen- tos” se volvieron el denomi- nador comúnpor un tiempo prolongado, según los veci- nosdellugar. Todocomenzóconlahabi- litación en el sitio de un al- bergue denominado Refu- gio Amor de Damas, el cual es administrado por la Fun- dación Sólo es Cuestión de Fe. La organización está di- rigida por el pastor Dorian Mena. Inicialmente se albergaba allí a mujeres mayores de edadconproblemasdeadic- ciónadrogas y conenferme- dadespsiquiátricas. No obstante, a partir de enerode esteaño, comentan pobladores que en el lugar habíanentre10y12menores deedad,deentre14y17años, lo que les sorprendió, por- que a primera vista no pare- cía un lugar para recibir ni- ñasyadolescentes. RelataYulisaAndrade, re- sidente de Los Caratales, que a medida que pasaban las semanas se empezaron a escuchar gritos y lamentos, que, presuntamente, prove- nían del refugio. Asegura quelasituaciónsetornómás compleja cuando una de las adolescentes llegó a su vi- vienda“algoasustada”. “A la primera niña no le presté atención, porque penséque tal vez sehabía fu- gadodellugar”,comentó. Días después llegó una se- gundaadolescente, que afir- maba que los responsables delalberguelasmaltrataban y golpeaban. “Cuando ella me contó eso quedé parali- zada. Lo que hice fue que le regalé un vestido, la peiné y le brinde alimentación y di- nero, porque deseaba volver donde sus familiares. De allí no supe más de ella”, mani- festó. La paciencia de Andrade se agotó cuando enmayo de este año llegó a suhogar una tercera niña que se había es- capadodel albergue, pidien- do ayuda . Ya todo eso no le parecía “normal”.De allí que se armó de valor y llamó a la estación de la Policía Nacio- nalmáscercana. Narró que a Mena lo vio muypocasvecesporel lugar, y que los señalamientos de lasniñas yadolescentes iban en contra de los que custo- diaban el refugio. “Yo nunca vi un médico o psicólogo en el albergue. Tampoco perci- bí una investigaciónprofun- da por parte de las autorida- des”, concluyó ladenuncian- te,quiendiceestardispuesta a que se le tome declaración para revelar loque le tocó vi- vir en primera persona con lasjóvenes. Pero Andrade no fue la única testigo de lo ocurrido. Olivia Gil, otra residente de Los Caratales, también acu- dióaljuzgadodepazparaex- poner las irregularidades que supuestamente aconte- cían en el refugio. Eso fue a principiosde2020. Comentó que hasta ella también llegó una de las jó- venes, que le pidió que “por favor” la escondiera y le dijo quenoqueríavolveralalber- gue, porque sería maltrata- da. Esto motivó que, junto a otros familiares, llamara también a la Policía Nacio- nal y, finalmente, el pasado 18demayoretirarona lasni- ñasyadolescentesdellugar. Gilmanifestóque, hasta la fecha, en el refugio se man- tienen algunos adultos ma- yores y mujeres. “Eso venía ocurriendo hace dos años. Aquí vino una trabajadora social y yo comuniqué todo lo que ocurría, pero todo si- gueigual”,selamentó. Este medio obtuvo infor- mación de que las menores de edad reportarona laPoli- cía los maltratos que se da- ban en el refugio, y a raíz de esonovolvieron. Lasanomalías ¿Cómo llegan menores de edad a un refugio para adul- tos que no tendría las condi- cionesparaalojaryatendera niñas y adolescentes en si- tuacióndevulnerabilidad? Se consultó a Mena, res- ponsable del albergue, y su respuesta fueque laSecreta- ríaNacionaldeNiñezyAdo- lescencia (Senniaf) llevó a lasmenoresdeedadal lugar. “El Senniaf, durante esta pandemia, no tenía dónde tenerlasyseacercóanuestra oficina enVeraguas y las tra- jeron temporalmente, mientras las ubicaban en otrossitios”,dijo. Segúnelpastor,eranniñas en riesgo social que no que- rían acoger en otros alber- gues. Reconoció que varias de las adolescentes se eva- dieron y que algunas queda- ron en manos de la Policía Nacional. Sobre losmoretones y ras- guños que presuntamente presentaban algunas de las menores, indicó que fue consecuencia de peleas en- EnLosCaratales, a una hora deSantiago, en la provincia deVeraguas, se ubica el albergue. Archivo Uribe: ‘Enel país nohay 500albergues; noes imposible su supervisión’ CRÍTICAS OhigginisArciaJaramillo
[email protected] Organizaciones defenso- rasde losderechosde losni- ños,niñasyadolescentesla- mentan lo que está ocu- rriendo con la atención de estapoblaciónvulnerable. RossanaUribe, presiden- tadelaAsociaciónPaname- ña para el Planeamiento de la Familia (Aplafa), indicó que enel paísnohay500al- bergues paraniños. “EnPa- namá hay una cantidad ra- zonablede albergues, por lo tre ellas mismas. “Nosotros no tenemos la costumbre de maltratar”, aseguró Mena, quien está al tanto de que el Ministerio Público adelanta una investigación sobre es- tosacontecimientos. Aunque no ha rendido de- claración, tanto a su oficina como al albergue en Los Ca- ratalesacudieronagentesde la Dirección de Investiga- ciónJudicial. Según el responsable del Refugio Amor de Damas, el sitio “no era apto” para reci- bir menores y se lo hicieron saber a Senniaf. “Después del suceso, el Ministerio de Desarrollo Social en Vera- guas nos recomendó que no tuviéramos a menores y que Senniaf resolviera sus pro- piosasuntos”,añadió. AliciaMartínez,vicepresi- denta de la Fundación Sólo esCuestióndeFe, argumen- tó que ellos no tienen alber- gue para menores de edad, sinouncentrode rehabilita- ciónparadamasycaballeros adultos. “Nos contactaron de Sen- niafenPanamáyquenecesi- taban un albergue para esas niñas que tenían problemas de rebeldía y de psiquiatría. Como nosotros somos un centro cristiano, le cedimos el espacio por un tiempo mientras las reubicaban. Nosotros les explicamosque noatendemosesetipodepo- blación y luego que vieron el refugio,lasenviaron”,contó. Cuando se le preguntópor qué aceptaron si estaban al tanto de que sus instalacio- nes no eran aptas para una población como esa, su res- puesta no pudo ser más cla- ra. “Ellos [Senniaf] sabían que el centro no se prestaba paraesoyaúnasí decidieron dejarlas [a las menores]. Luego de esto, nosotros no albergamos a más menores deedad”,contestóMartínez. Faltadeespacio Tras conocer que este dia- rio realizaba una investiga- cion del tema, Senniaf ins- peccionóayerelalbergue. IdaniaFernández,delase- cretaría técnica de la Sen- niaf, manifestó que en rela- ción a la información sobre la existencia del albergue en Los Caratales, el equipo re- gionaldeSenniafrealizóuna supervisión y se pudo cons- tatarque,enefecto,existeun refugio. En cuanto a su condición actual, dijoqueyano tiene la población de niños, niñas y adolescentes. “Se pudo veri- ficarque lapoblaciónqueal- bergadaasciendeasieteper- sonas adultas mayores, con alguna condición de disca- pacidad”,detalló. En lo referente a la posible vulneración de los derechos de las niñas, manifestó que dichos eventos derivaron en diversas instancias. “Como esdesuconocimiento,existe un proceso a nivel judicial y administrativo”, explicó la funcionaria sobre las inves- tigacionesqueseadelantan. Además, cuando se le pre- guntó por qué enviaron a menores de edada este refu- gio, Fernández explicó que ante la Covid-19 han tenido la necesidadde buscar espa- cios para el cuidado de ni- ños, niñas y adolescentes querequierenprotecciónes- pecializada, en vista de que los albergues del país, si- guiendo las instrucciones y medidas sanitarias, se en- cuentrancerrados. Envistade ello, indicóque desde laSenniaf sehancrea- do Centros Transitorios de Protección de Niñez que funcionan 24 horas, los 7 díasde la semana. “Esteaño, se han puesto en funciona- miento dos de estos centros con la proyección de desa- rrollo de otros espacios de estetipo”,concluyó. Mides, sincompetencia ItzelaGarcía, directorare- gional delMinisterio deDe- sarrollo Social en Veraguas, manifestó que aunque no era su competencia, cuando ocurrieron los hechos des- critos enviaron un equipo técnico a Los Caratales. “Yo no soy lamás adecuada para este tema, pero cuando vi lo queeraenviéunequipode la entidad”,afirmó. Según García, intentó ayudar,peroyaeltemaseen- cuentra en otras instancias: elMinisterioPúblicoy laPo- licíadeMenores. “Por lo general, allí habían mujeres adultas, pero luego se enviaron menores, aun- que este tema es competen- cia de Senniaf. De hecho, cuando yome di cuenta, lla- mé a Senniaf ”, expresó Gar- cía. Informó que la Funda- ción Sólo es Cuestión de Fe no recibe subsidio del Mi- des. Trasloocurrido,lasmeno- resdeedadfueronremitidas aotrosalbergues. En Los Caratales, aún los vecinos no salen del asom- bro por lo sucedido en el re- fugio. Tampoco compren- den cómo el Estado envía a menoresdeedadallí. “Yo la verdad aún no en- tiendo en qué manos ponen a nuestros niños”, remarcó OliviaGil. que no es imposible su su- pervisión”,acotó. De acuerdo con Uribe, la Secretaría de Niñez, Ado- lescencia y Familia (Sen- niaf) debe cumpir con su papel, porque de lo contra- rio el Estado quedará como “unmalpadre”. Además, exhortó a las au- toridades del Ministerio Públicoallevarlainvestiga- ción hasta las últimas con- secuencias, ya que por nin- guna razón las violaciones a los derechos humanos de los niños, niñas y adoles- centes deben quedar impu- nes. “Paranosotros, enAplafa, estoesabsolutamenteinad- misible. Los organismos a cargo de la niñez deben ga- rantizar sus derechos hu- manos”,puntualizó. Roderick Chaverri, presi- dente de la Red de Niñez y Adolescencia de Panamá, subrayó que hay una canti- dad enorme de personas que se está dedicando a ha- bilitar albergues que no cumplen con las condicio- nesmínimas para atender a lapoblaciónmenor de edad enriesgo. “Creo que no se debe dar permiso para un albergue más. Primero, se necesita una infraestructura física; también sostenimiento económico, y tercero, no es cualquiera el que está en la capacidad de cuidar niños, porque deben estar entre- nadosycapacitados”,dijo. Usó como ejemplo el Ho- gar Malambo, donde hay psicólogos, trabajadores sociales, contadores, cuida- dores y conductores, así co- mo un proceso de capacita- ción cuatro veces al año. Además, resaltó que dentro del sitio tambiénhayperso- nalmédicoyotrosprofesio- nales,paralaatencióndelos menoresdeedad. “No puede ser que cual- quiera pueda armar un al- bergue de la noche a la ma- ñana. Aquí debe jugar un papel determinante Sen- niaf y losministerios deDe- sarrollo Social y de Gobier- no”,añadió. En el país hay unos 55 al- bergues para atención de la población menor de edad en riesgo social y lamayoría está bajo la administración de fundaciones. Además de estar encargado de la fisca- lización de estos sitios, el Estadoentregaaporteseco- nómico a través de subsi- diosydonaciones. “ En Panamá, hay normati- vas para crear y confor- mar un albergue. Además, se debe dar un seguimien- to a los niños que llegan a esos lugares”. Roderick Chaverri, Red de Niñez y Adolescencia “ Para nosotros, en Aplafa, esto es absolutamente inadmisible. Los organis- mos a cargo de la niñez deben garantizar sus de- rechos humanos”. Rossana Uribe, junta directiva de Aplafa Inspección Refugio para adultos mayores Senniaf realizó ayer una inspección al Refugio Amor deDamas, enVera- guas. Se encontraron so- lamente con siete adultos mayores, ya que desde el pasado 18demayo, las ni- ñas fueron retiradas por la PolicíaNacional del lugar.