7B LaPrensa Panamá, 17 demayo de 2020 Piedra de Toque Los espías filósofos El escritor Mario Vargas Llosa recomienda, para estos días de encierro, la serie ‘The Americans’ , una producción que ‘está muy por encima de las idioteces entretenidas que suelen ser las historias por entregas, y alcanza un nivel intelectual que parece haber contribuido a su escaso éxito cuando se emitió’. Libertad creativa MarioVargasLlosa
[email protected] N adie se sorprendió, en aquel subur- bio de Washington DC, cuando se vinieronavivirenéllosespososJen- nings, Philip y Elizabeth, que parecían la esencia misma de las parejas estadouni- denses. Tenían dos hijos: Paige, lamayor, queayudabamuchoalpastorbautistadel barrioysehabíadadoenesaiglesiaelcha- puzónlustral,yHenry,elhijomenor,asde lasmatemáticas y del deporte, que se dis- putaban con becas los mejores colegios. Los Jennings se ganaban la vida con una agencia de viajes y, casualmente, había llegado a vivir en el barrio su vecino, Stan Beeman, agente del FBI y especialista en contraespionaje, del que aquellos se hi- cieronmuyamigos. La serie que cuenta su historia se llama The Americans , fue concebida por Joe Weisberg,y,aunquecomoesusualenestas novelas de la pequeña pantalla, tiene dis- tintos productores y directores, está muy por encima de las idioteces entretenidas que suelen ser las historias por entregas, y alcanzaunnivelintelectualquepareceha- bercontribuidoasuescasoéxitocuandose emitió. Precisamente por eso me atrevo a recomendarla efusivamente a quienes, en estos días de confinamiento, se cansan de leer y quieren pasar el rato entretenidos conunbuenespectáculotelevisivo. Contrariando las apariencias, los espo- sos Jennings no son norteamericanos si- no rusos, y ni siquiera son esposos, aun- que,alalarga,contraeránunmatrimonio ruso-ortodoxo con un pope, en el mismo Washington DC. Han sido adoctrinados desdeniños por laKGBsoviéticapara ir a serviratierrasdelenemigoprincipaldela URSS, los Estados Unidos. La verdad, lo han hechomuy bien en esos años que lle- vanenWashingtonDC,sinserdetectados porlasagenciasdeespionajenorteameri- canas, pasando información y asesinan- do a los enemigos (ciertos o inventados) delimperiosoviético.Estamosenlosaños deRonaldReagan, cuando el presidente, a través de la llamada “guerra de las gala- xias” –que la crítica tildaba de disparate-, presionabaa laURSSparaque,mostran- dolaruinadesueconomíasocializada,in- tentara competir con los Estados Unidos en aquella fantasía de cohetes espaciales que acabódehundirla y precipitó la crisis más profunda de la que saldría Gorba- chov y, más tarde, la desaparición del co- munismosoviético. Aquella crisis provocó trastornos in- mensos en la propia URSS; un sector reaccionarioqueríaliquidaraGorbachov y a sus partidarios de la apertura y demo- cratización del comunismo, haciendo concesiones que permitieran un acuerdo con Occidente de progresiva liquidación de las armas nucleares. La KGB parece haber pivotado hacia el extremo ultra, a juzgar por la divisiónque aquella apertu- ra produjo en la familia Jennings, donde elmarido, Philip, hartode sentirsemani- puladoycansadotambiéndeesadoblevi- da y de tanto asesinato, toma distancia consusecretaprofesión,entantoqueEli- zabeth la sigue ejerciendo con el mismo entusiasmosangrientoconquelacomen- zó. El propio Stan Beeman, que ha enta- blado una relación secreta con un espía ruso, parece confuso con lo que ocurre en laURSSenesemomentofronterizo. TheAmericans estámuy bien llevada, narrandoaquelladoblevidadelapareja,y suamistadestrechaconelagentedelFBI, hecha de excursiones al campo y pizza y hamburguesas compartidas, bien rega- das por la aguada cerveza norteamerica- na, losdomingosydíasde fiesta.Loshijos de los Jennings, en especial, han tomado cariño a Stan, lo que parece recíproco, y pasanmuchosratosenlacasadeaquelve- cino.Losespías,porsuparte,noson,para nada, aquellos vertederos de sangre en distintos grados de animalidad a que nos tiene acostumbrados el cine, sino seres inteligentes y casi intelectuales, pues se interesanporlasproyeccionesculturales, políticas ymorales de su oficio, y leen pe- riódicos –cada vez que aparece Elizabeth estáhojeandoel WashingtonPost o The NewYorkTimes - y sus conversaciones y soliloquios tienen siempre que ver con la proyección internacional de aquello que hacen. El espectador sigue de cerca, así, lasdudasmoralesquedespiertaenPhilip sobre todo –luego en ella, también- la arriesgada profesión que es la suya. Fue- ron educados en la creencia de que la Pa- tria (con mayúsculas) debía defenderse de un enemigo que quería destruir a la URSS y al comunismo. Ahora, con lo que ocurre, dudan de que eso esté tan claro, y comienzan a preguntarse, él primero y ella después, si no es aquello una manio- braretóricaparaseguirejerciendounpo- der inusitado, por aquella camarilla que se llena la boca hablando del socialismo, de la sociedad sin clases y de una “verda- dera” libertad que no existe por ninguna parteenlapropiaURSS. Stan Beeman es un hombre decente y moral, a pesar del oficio que ejerce. Sabe que una sociedad democrática debe de- fenderse de sus enemigos y adversarios, y sabe tambiénque el oficio que practica es pococompatible, oacasodel todo incom- patible,conlalegalidad,pueslasagencias secretas y sus hazañas están constante- mente en riña con ella. Él trata de ejercer suprofesióndentrodeloslímiteslegalesy morales, y por eso choca constantemente con sus jefes y colegas, y es probable que estoseagravedespuésdeque seenterade que su flamante novia podría haber sido enviada por la KGB soviética para sedu- cirlo. Él participa en la escena más dra- máticade toda la serie, cuando se enfren- tacon la familiaJennings luegodedescu- brirque susmejores amigos yvecinos son agentes soviéticos y, por lo tanto, sus ene- migosmortales. La existencia de estos espías conspira contra la ideamisma de una sociedad re- gidaporunsistemaenel que todos los ac- tos del Gobierno están sometidos a una crítica sistemática del Parlamento, la prensa y los partidos políticos. Aquellos nopuedenfuncionaraplenaluzsinoenla sombra y sus acciones, sean la informa- ción o la paralización y destrucción del enemigo –el engaño, la falsificación, la tortura y el asesinato son sus armas prin- cipales-, todas írritas a la legalidad y a un régimen de libertades públicas. Sin em- bargo, la realidad ha hecho que las agen- cias secretas vayan imponiendo su exis- tencia en todos los países democráticos; enalgunos de ellos, de regímenesmás es- trictos enel cumplimientode la ley, el Es- tado trata de controlar esas actividades clandestinas y castiga a quienes se exce- den en sus acciones, transgrediendo las leyes. Pero, de estemodo, sólo consiguen reducir la eficiencia y a veces anularla de sus agencias secretas. ¿Cuál es la solu- ción?En TheAmericans , claramenteno la hay; a lomás, un régimen puede tratar de conducir sus labores de contraespio- naje por una ruta más o menos legal, siempre y cuando de este modo pueda controlar o derrotar a las agencias secre- tas de sus adversarios. Si sonéstas las que prevalecen, aquellos pruritos de legali- dad saltanpor los aires y los espías tienen cancha libre para actuar, valiéndose de todos los recursos, legales o ilegales. Esto conspiracontralademocraciaypuedeco- rromperla hasta acabar con ella, convir- tiéndolaenunamerafachada.Oenunte- madepelícula. Quisiera concluir celebrando la ex- traordinaria libertadde que disponen los autoresycineastasnorteamericanospara escribirsuslibrosohacersuspelículas.Es verdad que en The Americans los “ma- los” son sobre todo los agentes soviéticos. Pero se diría que las relativas maldades del FBI no se deben tanto a razones de principio, sino a la existencia, entre sus agentes, de un funcionario esencialmen- te puro e íntegro, como Stan Beeman. Es decir,aunarazónmuyfrágilypasajera. “Quisiera concluir celebrando la extraordinaria libertad de que disponen los autores y cineastas norteamericanos para escribir sus libros o hacer sus películas”. ‘TheAmericans’ se emitió entre 2013 y 2018 con seis temporadas y 75 episodios. Cortesía Variedades Vivir LlevarteaMartepresenta ‘Silencio’ durante lacuarentena MÚSICA JoséVilar
[email protected] Laagrupaciónmusicalpa- nameña Llevarte a Marte presentó esta semana su nuevo sencillo titulado Si- lencio , una canción fruto de la fusión del bolero con los ritmos del soul , rock y pop . Está disponible en las dife- rentes plataformas digitales paraescucharmúsica. Jairo Barboza, bajista y lí- der de la banda, cuenta que decidieron lanzar Silencio en medio de la cuarentena por el nuevo coronavirus “para acompañar a las per- sonas eneste confinamiento con una canción con la que puedan identificar esas emocionesyhastaconversa- cionesinternasqueviven”. La canción fue compuesta por David Lamboglia y el propio Barboza, quienes completaron los versos que había escrito el vocalista del grupoLuis Pipe Barboza, fa- llecidoen2014. “Sumensaje esunainvitaciónafluir,esun llamado a invertir el tiempo en lo que nos apasiona, a convertir ese momento de dolor e incertidumbre en fuerza, es un llamado de atención a las parejas para que se acerquen al silencio de su intimidad y vivan el amorconcomplicidad”. Los arreglos musicales de lacancióninvolucrarona los otros integrantes de la ban- da: José Alejandro Guerra, AndréCharpentier yRober- toOlivardia. La producción estuvo a cargode losganadoresde los premios Grammy Latino, Pablo Governatori y Nacho Molino y fuemasterizada en Argentina por Daniel Ovie. El percusionista Tony Drums y el tecladista Luis Chen también formaron parte en la realización del musicaldeltema. Silencio es la tercera can- ción de su álbum Coinci- dencias deLlevarteaMarte, que se caracteriza por com- binar ritmos latinos con el rock y reggae . Llevarte aMarte se caracteriza por narrar en sus canciones historias de amor y desamor. Cortesía 1500 ALQUILER 1510 Amoblados 1530 Casas 1535 Cuartos 1545 Hospedajes 1547 Locales 1520 Apartamentos 1550 Terrenos 1555 Negocios 1560 Playase interior