Ellas-16-5-25

30 16.05.2025 ENTRE NOS ELLAS ‘HOLA BONITA’ … Así me decía doña Rosario Salinero de Gago levantándose de la banquita que está a la entrada de la Casa del Jamón y en la que solía sentarse casi a diario con su querido Lázaro; primero, y luego de su partida, sola o con uno de sus hijos. Se acercaba y ponía sus manos sobre mis mejillas a la par del saludo. Era tan honesto su comentario que aun en aquellos días en que yo andaba atropellada por la vida ella me hacía sentir verdaderamente hermosa. En agosto de 2015 su hijo Ricardo me pidió que me reuniera periódicamente con ella para que me contara fragmentos de su vida que ellos no querían que se perdieran. Ya saben, a veces los años le van robando a uno memorias importantes. Esas tardes que pasé con ella fueron indescriptibles. Conocí sobre la niña Rosario, sobre las tías y primas que la “adoptaron” cuando perdió a su madre a los cuatro años y con quienes solía ir a pasar temporadas en Narrillos del Álamo, la aldea natal de su madre. La vi viajar a lomos de “la yegua buena” con su tío Julio; sonreí al pensarlos sentados a la orilla del río Tormes para tomar un descanso y algo de pan con queso en el trayecto a la aldea. Y cómo olvidar la sillita especial que le daban alrededor del fogón para los rezos “porque ella no tenía mamá” o que un día inventó que ella y su prima Maruja salieran a jugar en la lluvia y cuando la prima le dijo que las iban a regañar ella contestó “no hombre, seguro nos cambian y nos ponen los vestidos de domingo”. Eso no ocurrió y lo único que les pusieron fue un buen regaño. Literalmente viajé con ella en tercera clase hasta Panamá en el vapor Marco Polo y entendí perfectamente por qué detestaba los macarrones. Vi brillar sus ojos cuando me hablaba de su Lázaro, que ya había partido, pero que para ella estaba siempre presente. Me contó con lujo de detalles lo que comía cada día y cómo lo comía. Me habló de sus juegos de cartas -gusto que no compartía con ella-, de sus lecturas, de su amor a Dios, “ ” Doña Rosario se despidió de este mundo como las personas buenas de sus trabajos en las empresas Gago y, por supuesto, de sus hijos a quienes adoraba. Todos diferentes, cada uno favorito por lo que era y por cómo era, aunque ni Ricardo ni Pepe podían competir con Mary Carmen, la niña que llegó mucho más tarde y que por varias horas ni ella misma se creía que su aparición fuera cierta. Honesta siempre en sus narraciones, no fallaba con el adjetivo adecuado para dejarme conocer a la persona que describía. A los hermanos que dejó en Guijuelo, pueblo donde nació y creció, los tuvo siempre presentes y los sobrinos de allá comentan que cuando los Gago llegaban de visita era como una Navidad. Hoy, pensando en que Doña Rosario se despidió de este mundo como las personas buenas, confirmo que su cuerpo ya no estará con nosotros, mas su esencia no nos dejará jamás y cada vez que entre a la Casa del Jamón la veré sentada en la banquita de siempre, con la sonrisa de siempre y sentiré sus manos sobre mis mejillas al saludarme “hola bonita”. Hasta luego, bonita, conocerte fue un regalo. 38 13.12.2025 ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: ellas@prensa.com DEL DIARIO DE MAMÁ SANKOFA JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA ¿Dónde vi esta palabra, dónde la leí, por qué la tengo anotada en mi lista de ideas para el Diario? No lo sé. Aunque en realidad si tengo la respuesta para la última pregunta puesto que el significado es muy interesante. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil. Su definición, según el AfroDiccionario, dice que se compone de dos vocablos: “s a n” que quiere decir regresar o ir a buscar y “ko fa” cuyo significado es “buscar o tomar”. Uniendo ambas palabras se obtiene el concepto de ir a buscar lo que se ha dejado atrás, en otras palabras, el pasado. Todo eso es muy técnico lingüísticamente hablando, pero lo interesante es la parte filosófica de la palabra. Para los akan, sankofa implica aprender del pasado para construir un mejor futuro, lo cual tiene todo el sentido del mundo. En parte puede considerarse como aprender de los errores, pero creo que va más allá, pues no solo errores hay en el pasado, muchas veces recogemos buenas experiencias y estas también contribuyen a guiarnos hacia un futuro bueno, promisor i o. Seguramente muchos de ustedes habrán visto el símbolo que representa sankofa, yo sé que yo lo había visto, sin saber ni el origen ni el significado. El concepto se representa con un ave cuyo cuello mira hacia atrás y sostiene un huevo en el pico. Entre los akan el huevo simboliza el conocimiento del pasado que se entrega a generaciones futuras. Es todo tan sencillo y a la vez tan profundo porque no es solo en nuestro pasado donde podemos encontrar el mencionado conocimiento que nos llevará al futuro exitoso sino es el conocimiento“tribal”si quisiéramos ponerle un nombre que implique todo un grupo, una familia, los antepasados. De todos podemos aprender a l go. Esto me recuerda aquellas culturas en que el conocimiento y la historia se transmiten verbalmente de generación en generación. Los mayores comparten sus vivencias y todo lo relacionado al grupo poblacional, evitando así que la historia se pierda. Cierto que en muchos casos esa historia está escrita, pero nunca se siente igual que cuando alguien que vivió una experiencia la comparte y añade su sabiduría. Desde que leí sobre el concepto sankofa cuando enfrento una decisión importante me tomo unos minutos para pensar qué puedo rescatar de ese pasado tan rebosante de sabiduría que me ayude a encaminar mis acciones de forma positiva. Y no creo que esto implique quedar atrapada en el pasado, repitiendo las cosas igual que las hicieron abuelos, bisabuelos y demás antepasados, se trata más bien de extraer la esencia que cada experiencia produce. Conocer el concepto no garantiza que logremos ponerlo en práctica con la suficiente frecuencia como para que se vuelva parte de nuestra naturaleza, sin embargo, podemos tratar. Y como sabemos que el herrero se hace forjando y la práctica puede acercarnos a la perfección, nada perdemos con orientar nuestros esfuerzos en esa dirección. Los dejo pues con la inquietud de traer sankofa a su vida diaria. “Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil.” 38 13.12.2025 ELLAS ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: ellas@prensa.com DEL DIARIO DE MAMÁ SANKOFA JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA Dónde vi esta palabra, dónde la leí, por qué la tengo anotada en mi lista de ideas para el Diario? No lo sé. Aunque en realidad si tengo la respuesta para la última pregunta puesto que el significado es muy interesante. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil. Su definición, según el AfroDiccionario, dice que se compone de dos vocablos: “s a n” que quiere decir regresar o ir a buscar y “ko fa” cuyo significado es “buscar o tomar”. Uniendo ambas palabras se obtiene el concepto de ir a buscar lo que se ha dejado atrás, en otras palabras, el pasado. Todo eso es muy técnico lingüísticamente hablando, pero lo interesante es la parte filosófica de la palabra. Para los akan, sankofa implica aprender del pasado para construir un mejor futuro, lo cual tiene todo el sentido del mundo. En parte puede considerarse como aprender de los errores, pero creo que va más allá, pues no solo errores hay en el pasado, muchas veces recogemos buenas experiencias y estas también contribuyen a guiarnos hacia un futuro bueno, promisor i o. Seguramente muchos de ustedes habrán visto el símbolo que representa sankofa, yo sé que yo lo había visto, sin saber ni el origen ni el significado. El concepto se representa con un ave cuyo cuello mira hacia atrás y sostiene un huevo en el pico. Entre los akan el huevo simboliza el conocimiento del pasado que se entrega a generaciones futuras. Es todo tan sencillo y a la vez tan profundo porque no es solo en nuestro pasado donde podemos encontrar el mencionado conocimiento que nos llevará al futuro exitoso sino es el conocimiento“tribal”si quisiéramos ponerle un nombre que implique todo un grupo, una familia, los antepasados. De todos podemos aprender a l go. Esto me recuerda aquellas culturas en que el conocimiento y la historia se transmiten verbalmente de generación en generación. Los mayores comparten sus vivencias y todo lo relacionado al grupo poblacional, evitando así que la historia se pierda. Cierto que en muchos casos esa historia está escrita, pero nunca se siente igual que cuando alguien que vivió una experiencia la comparte y añade su sabiduría. Desde que leí sobre el concepto sankofa cuando enfrento una decisión importante me tomo unos minutos para pensar qué puedo rescatar de ese pasado tan rebosante de sabiduría que me ayude a encaminar mis acciones de forma positiva. Y no creo que esto implique quedar atrapada en el pasado, repitiendo las cosas igual que las hicieron abuelos, bisabuelos y demás antepasados, se trata más bien de extraer la esencia que cada experiencia produce. Conocer el concepto no garantiza que logremos ponerlo en práctica con la suficiente frecuencia como para que se vuelva parte de nuestra naturaleza, sin embargo, podemos tratar. Y como sabemos que el herrero se hace forjando y la práctica puede acercarnos a la perfección, nada perdemos con orientar nuestros esfuerzos en esa dirección. Los dejo pues con la inquietud de traer sankofa a su vida diaria. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil.

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