11.04.2025 S 30 ELLAS ENTRE NO TIQUI, TIQUI, TIQUI El otro día estuve por la farmacia comprando unas medicinas y delante de mí había una señora haciendo lo mismo. La “Licen” le preguntó que si quería que le escribiera las indicaciones y ella contestó que sí. La farmaceuta caminó hacia atrás, se plantó frente a la pantalla de una computadora y en menos de lo que se persigna un ñato sacó la etiqueta con las indicaciones, la pegó en la caja o botella, no recuerdo, y listo. Mientras ella escribía y yo miraba, porque soy mirona, se me vino a la mente aquel tiqui, tiqui, tiqui de las mini máquinas de escribir que mantenían en todas las farmacias para hacerle el favor a los clientes de “traducirles” la jeringonza que habían escrito los médicos en el papel que les entregaron con la receta. Los farmaceutas no solían escribir como las secretarias, es decir, con todos los dedos correctamente colocados sobre el teclado, sino más bien como los escritores famosos que picotean la máquina de escribir con uno, o máximo dos dedos, y a pesar de que el sistema podría parecer ineficiente producían páginas enteras de textos sobre vidas inventadas en muy corto tiempo. A mí me parece recordar, y digo me parece, porque no necesariamente era realidad, que la producción de etiquetas no era tan rápida como la de libros ganadores de premios, pero salían. Como las maquinitas eran de esas que usaban rollos de tela entintados para marcar las letras, podía ocurrir que estuvieran agonizando y los textos salieran ligeramente mutilados. Le podía faltar una patita a la A o la mitad a la O. Y ojo, que no siempre era por falta de tinta, también podía suceder que fuera por falta de fuerza en los dedos del mecanógrafo. Este uso del masculino al hablar del mecanógrafo no es por “ ” menospreciar al sexo “fuerte”, sino porque en aquellos días el 99% de los “Licenciados” eran hombres Lo que me parecía -y aun me parece- insólito es la facilidad con que estos personajes podían descifrar la letra de los médicos porque, como leí hace un tiempo en un chiste, “tantos años de estudio y no les enseñan a escribir”. Lo bueno del progreso tecnológico es que muchos ahora producen sus recetas en la computadora y no necesitamos traductor. No crean que recordé el tiqui, tiqui, tiqui de las máquinas de escribir porque tengo una memoria privilegiada, fue porque un tiempo antes de presenciar la producción por computadora me había tocado ir a una farmacia un poquito más chiquita y un poquito más remota en la que todavía las etiquetas las escriben con maquinita del siglo XX. Para evitar tener que esperar las instrucciones empecé a apuntar lo que me decía el doctor y preparaba una hoja en la computadora en la que incluía el horario diario, de forma tal que fuese muy fácil saber qué hay que administrar a qué hora, pero de un tiempo a esta parte, incluyo las tomas en el calendario para que me pite y listo. 38 13.12.2025 ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DEL DIARIO DE MAMÁ SANKOFA JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA ¿Dónde vi esta palabra, dónde la leí, por qué la tengo anotada en mi lista de ideas para el Diario? No lo sé. Aunque en realidad si tengo la respuesta para la última pregunta puesto que el significado es muy interesante. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil. Su definición, según el AfroDiccionario, dice que se compone de dos vocablos: “s a n” que quiere decir regresar o ir a buscar y “ko fa” cuyo significado es “buscar o tomar”. Uniendo ambas palabras se obtiene el concepto de ir a buscar lo que se ha dejado atrás, en otras palabras, el pasado. Todo eso es muy técnico lingüísticamente hablando, pero lo interesante es la parte filosófica de la palabra. Para los akan, sankofa implica aprender del pasado para construir un mejor futuro, lo cual tiene todo el sentido del mundo. En parte puede considerarse como aprender de los errores, pero creo que va más allá, pues no solo errores hay en el pasado, muchas veces recogemos buenas experiencias y estas también contribuyen a guiarnos hacia un futuro bueno, promisor i o. Seguramente muchos de ustedes habrán visto el símbolo que representa sankofa, yo sé que yo lo había visto, sin saber ni el origen ni el significado. El concepto se representa con un ave cuyo cuello mira hacia atrás y sostiene un huevo en el pico. Entre los akan el huevo simboliza el conocimiento del pasado que se entrega a generaciones futuras. Es todo tan sencillo y a la vez tan profundo porque no es solo en nuestro pasado donde podemos encontrar el mencionado conocimiento que nos llevará al futuro exitoso sino es el conocimiento“tribal”si quisiéramos ponerle un nombre que implique todo un grupo, una familia, los antepasados. De todos podemos aprender a l go. Esto me recuerda aquellas culturas en que el conocimiento y la historia se transmiten verbalmente de generación en generación. Los mayores comparten sus vivencias y todo lo relacionado al grupo poblacional, evitando así que la historia se pierda. Cierto que en muchos casos esa historia está escrita, pero nunca se siente igual que cuando alguien que vivió una experiencia la comparte y añade su sabiduría. Desde que leí sobre el concepto sankofa cuando enfrento una decisión importante me tomo unos minutos para pensar qué puedo rescatar de ese pasado tan rebosante de sabiduría que me ayude a encaminar mis acciones de forma positiva. Y no creo que esto implique quedar atrapada en el pasado, repitiendo las cosas igual que las hicieron abuelos, bisabuelos y demás antepasados, se trata más bien de extraer la esencia que cada experiencia produce. Conocer el concepto no garantiza que logremos ponerlo en práctica con la suficiente frecuencia como para que se vuelva parte de nuestra naturaleza, sin embargo, podemos tratar. Y como sabemos que el herrero se hace forjando y la práctica puede acercarnos a la perfección, nada perdemos con orientar nuestros esfuerzos en esa dirección. Los dejo pues con la inquietud de traer sankofa a su vida diaria. “Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil.” 38 13.12.2025 ELLAS ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DEL DIARIO DE MAMÁ SANKOFA JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA Dónde vi esta palabra, dónde la leí, por qué la tengo anotada en mi lista de ideas para el Diario? No lo sé. Aunque en realidad si tengo la respuesta para la última pregunta puesto que el significado es muy interesante. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil. Su definición, según el AfroDiccionario, dice que se compone de dos vocablos: “s a n” que quiere decir regresar o ir a buscar y “ko fa” cuyo significado es “buscar o tomar”. Uniendo ambas palabras se obtiene el concepto de ir a buscar lo que se ha dejado atrás, en otras palabras, el pasado. Todo eso es muy técnico lingüísticamente hablando, pero lo interesante es la parte filosófica de la palabra. Para los akan, sankofa implica aprender del pasado para construir un mejor futuro, lo cual tiene todo el sentido del mundo. En parte puede considerarse como aprender de los errores, pero creo que va más allá, pues no solo errores hay en el pasado, muchas veces recogemos buenas experiencias y estas también contribuyen a guiarnos hacia un futuro bueno, promisor i o. Seguramente muchos de ustedes habrán visto el símbolo que representa sankofa, yo sé que yo lo había visto, sin saber ni el origen ni el significado. El concepto se representa con un ave cuyo cuello mira hacia atrás y sostiene un huevo en el pico. Entre los akan el huevo simboliza el conocimiento del pasado que se entrega a generaciones futuras. Es todo tan sencillo y a la vez tan profundo porque no es solo en nuestro pasado donde podemos encontrar el mencionado conocimiento que nos llevará al futuro exitoso sino es el conocimiento“tribal”si quisiéramos ponerle un nombre que implique todo un grupo, una familia, los antepasados. De todos podemos aprender a l go. Esto me recuerda aquellas culturas en que el conocimiento y la historia se transmiten verbalmente de generación en generación. Los mayores comparten sus vivencias y todo lo relacionado al grupo poblacional, evitando así que la historia se pierda. Cierto que en muchos casos esa historia está escrita, pero nunca se siente igual que cuando alguien que vivió una experiencia la comparte y añade su sabiduría. Desde que leí sobre el concepto sankofa cuando enfrento una decisión importante me tomo unos minutos para pensar qué puedo rescatar de ese pasado tan rebosante de sabiduría que me ayude a encaminar mis acciones de forma positiva. Y no creo que esto implique quedar atrapada en el pasado, repitiendo las cosas igual que las hicieron abuelos, bisabuelos y demás antepasados, se trata más bien de extraer la esencia que cada experiencia produce. Conocer el concepto no garantiza que logremos ponerlo en práctica con la suficiente frecuencia como para que se vuelva parte de nuestra naturaleza, sin embargo, podemos tratar. Y como sabemos que el herrero se hace forjando y la práctica puede acercarnos a la perfección, nada perdemos con orientar nuestros esfuerzos en esa dirección. Los dejo pues con la inquietud de traer sankofa a su vida diaria. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil.
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