Ellas21marzo25

Hoy en día las embarazadas son libres y felices de vestirse exactamente como les de la gana y, francamente, no hay nada mejor que estar cómodo cuando se carga una panza 34 21.03.2025 ENTRE NOS ELLAS DE CHAQUETÓN Estoy segura de que la mayoría de las personas que están leyendo esta columna jamás han escuchado la frase del título, sin embargo, para quienes empezamos a formar una familia en la década del setenta era de lo más común. Por aquellos días en que las mujeres embarazadas todavía no habían pasado a considerarse como discapacitadas, como veo que ocurre ahora, lo que sí era muy específico era la moda de maternidad. Esa ropa cómoda y stretch que se usa ahora no había sido inventada. Las mujeres encinta debían andar bien cubiertas y no se veían panzas al aire en la playa ni en los parques ni en ningún lado. Había que ser recatada con el bebé que se llevaba dentro. Me gusta mucho más la moda actual. Entonces, el proceso era algo así: la jovencita quedaba embarazada —y digo jovencita porque la edad para procrear también estaba estrictamente determinada— y andaba muy feliz por la vida hasta el día en que se empezaba a notar el bulto en la cintura. En aquel momento pasaba de usar su ropa de diario a ponerse unos pantalones bastante incómodos que lo único que tenían stretch era un pedazo de tela sobre un área del estómago por lo que con el avance del embarazo la porción de tela regular empezaba a enterrase martirizando a la embarazada. Conjuntamente, con estos pantalones se migraba a unas camisolas anchas que solían tener una tira que se amarraba en la espalda con un lazo. Eran como una especie de paracaídas y a partir de este momento la gente decía con ternura que ya una “estaba de chaquetón” que era el nombre que recibían dichas camisas. Se podrán imaginar que debajo de esa tolda de campaña cabía no solo el bebé sino las ochocientas libras que se permitía engordar a la embarazada. La regla de dos libras por mes no se empezó a aplicar hasta finales de los setenta. Suena muy divertido poder engordarse millones de libras, pero esa felicidad solo duraba hasta que uno paría “ ” y por meses y meses después del evento la gente seguía preguntando “¿cuántos meses tienes?” ¡Plop, qué fallo! Hoy en día las embarazadas son libres y felices de vestirse exactamente como les de la gana y, francamente, no hay nada mejor que estar cómodo cuando se carga una panza. Las envidio un poquito. Además de los chaquetones había otra serie de rituales como tomar aceite de ricino y otros menjurjes cuando los niños se ponían tercos a la hora de salir. Eso no lo viví, pero si me tocó la época feliz en que todo lo que ahora le prohíben comer a las embarazadas estaba permitido. Me tocó también el advenimiento del sistema de pacto profiláctico gracias al cual respirando como perritos lográbamos aliviar el dolor que llegaba con cada contracción. Bueno, en mi caso era así, hay quienes se quejan de que no servía para nada, pero cada uno habla de la fiesta “asegún” como le fue. Por el momento, porque seguro vendrán nuevas tendencias en esto de parir, concluyo que gracias a Dios ya nadie “está de chaquetón”. 38 13.12.2025 ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DEL DIARIO DE MAMÁ SANKOFA JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA ¿Dónde vi esta palabra, dónde la leí, por qué la tengo anotada en mi lista de ideas para el Diario? No lo sé. Aunque en realidad si tengo la respuesta para la última pregunta puesto que el significado es muy interesante. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil. Su definición, según el AfroDiccionario, dice que se compone de dos vocablos: “s a n” que quiere decir regresar o ir a buscar y “ko fa” cuyo significado es “buscar o tomar”. Uniendo ambas palabras se obtiene el concepto de ir a buscar lo que se ha dejado atrás, en otras palabras, el pasado. Todo eso es muy técnico lingüísticamente hablando, pero lo interesante es la parte filosófica de la palabra. Para los akan, sankofa implica aprender del pasado para construir un mejor futuro, lo cual tiene todo el sentido del mundo. En parte puede considerarse como aprender de los errores, pero creo que va más allá, pues no solo errores hay en el pasado, muchas veces recogemos buenas experiencias y estas también contribuyen a guiarnos hacia un futuro bueno, promisor i o. Seguramente muchos de ustedes habrán visto el símbolo que representa sankofa, yo sé que yo lo había visto, sin saber ni el origen ni el significado. El concepto se representa con un ave cuyo cuello mira hacia atrás y sostiene un huevo en el pico. Entre los akan el huevo simboliza el conocimiento del pasado que se entrega a generaciones futuras. Es todo tan sencillo y a la vez tan profundo porque no es solo en nuestro pasado donde podemos encontrar el mencionado conocimiento que nos llevará al futuro exitoso sino es el conocimiento“tribal”si quisiéramos ponerle un nombre que implique todo un grupo, una familia, los antepasados. De todos podemos aprender a l go. Esto me recuerda aquellas culturas en que el conocimiento y la historia se transmiten verbalmente de generación en generación. Los mayores comparten sus vivencias y todo lo relacionado al grupo poblacional, evitando así que la historia se pierda. Cierto que en muchos casos esa historia está escrita, pero nunca se siente igual que cuando alguien que vivió una experiencia la comparte y añade su sabiduría. Desde que leí sobre el concepto sankofa cuando enfrento una decisión importante me tomo unos minutos para pensar qué puedo rescatar de ese pasado tan rebosante de sabiduría que me ayude a encaminar mis acciones de forma positiva. Y no creo que esto implique quedar atrapada en el pasado, repitiendo las cosas igual que las hicieron abuelos, bisabuelos y demás antepasados, se trata más bien de extraer la esencia que cada experiencia produce. Conocer el concepto no garantiza que logremos ponerlo en práctica con la suficiente frecuencia como para que se vuelva parte de nuestra naturaleza, sin embargo, podemos tratar. Y como sabemos que el herrero se hace forjando y la práctica puede acercarnos a la perfección, nada perdemos con orientar nuestros esfuerzos en esa dirección. Los dejo pues con la inquietud de traer sankofa a su vida diaria. “Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil.” 38 13.12.2025 ELLAS ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DEL DIARIO DE MAMÁ SANKOFA JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA ¿Dónde vi esta palabra, dónde la leí, por qué la tengo anotada en mi lista de ideas para el Diario? No lo sé. Aunque en realidad si tengo la respuesta para la última pregunta puesto que el significado es muy interesante. Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil. Su definición, según el AfroDiccionario, dice que se compone de dos vocablos: “s a n” que quiere decir regresar o ir a buscar y “ko fa” cuyo significado es “buscar o tomar”. Uniendo ambas palabras se obtiene el concepto de ir a buscar lo que se ha dejado atrás, en otras palabras, el pasado. Todo eso es muy técnico lingüísticamente hablando, pero lo interesante es la parte filosófica de la palabra. Para los akan, sankofa implica aprender del pasado para construir un mejor futuro, lo cual tiene todo el sentido del mundo. En parte puede considerarse como aprender de los errores, pero creo que va más allá, pues no solo errores hay en el pasado, muchas veces recogemos buenas experiencias y estas también contribuyen a guiarnos hacia un futuro bueno, promisor i o. Seguramente muchos de ustedes habrán visto el símbolo que representa sankofa, yo sé que yo lo había visto, sin saber ni el origen ni el significado. El concepto se representa con un ave cuyo cuello mira hacia atrás y sostiene un huevo en el pico. Entre los akan el huevo simboliza el conocimiento del pasado que se entrega a generaciones futuras. Es todo tan sencillo y a la vez tan profundo porque no es solo en nuestro pasado donde podemos encontrar el mencionado conocimiento que nos llevará al futuro exitoso sino es el conocimiento“tribal”si quisiéramos ponerle un nombre que implique todo un grupo, una familia, los antepasados. De todos podemos aprender a l go. Esto me recuerda aquellas culturas en que el conocimiento y la historia se transmiten verbalmente de generación en generación. Los mayores comparten sus vivencias y todo lo relacionado al grupo poblacional, evitando así que la historia se pierda. Cierto que en muchos casos esa historia está escrita, pero nunca se siente igual que cuando alguien que vivió una experiencia la comparte y añade su sabiduría. Desde que leí sobre el concepto sankofa cuando enfrento una decisión importante me tomo unos minutos para pensar qué puedo rescatar de ese pasado tan rebosante de sabiduría que me ayude a encaminar mis acciones de forma positiva. Y no creo que esto implique quedar atrapada en el pasado, repitiendo las cosas igual que las hicieron abuelos, bisabuelos y demás antepasados, se trata más bien de extraer la esencia que cada experiencia produce. Conocer el concepto no garantiza que logremos ponerlo en práctica con la suficiente frecuencia como para que se vuelva parte de nuestra naturaleza, sin embargo, podemos tratar. Y como sabemos que el herrero se hace forjando y la práctica puede acercarnos a la perfección, nada perdemos con orientar nuestros esfuerzos en esa dirección. Los dejo pues con la inquietud de traer sankofa a su vida diaria. “Sankofa es una palabra del idioma twi que hablan los akan de Ghana y Costa de Marfil.”

RkJQdWJsaXNoZXIy MjUxNDI0Nw==