Ellas21marzo25

El duelo no solo surge tras la pérdida de un ser querido, sino que puede ser provocado por múltiples experiencias a lo largo de la vida, como cambiar de colegio, terminar una amistad o perder una mascota. Así lo explicaron las psicólogas Elsa Rodríguez y Karim Sandoya, de la Fundación Piero Rafael Martínez, organización especializada en apoyo psicológico y manejo del duelo. ¿QUÉ ES EL DUELO? “El duelo es dolor, es el dolor que sentimos ante una pérdida significativa”, señalaron las especialistas, destacando que las personas sufren porque desarrollan apegos necesarios para su crecimiento. por: Diana Fernández FAMILIA Cambiar de colegio, terminar una amistad o perder a una mascota son experiencias que pueden desencadenar este sentimiento. EL DUELO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES 12 21.03.2025 ENTRE NOS ELLAS Es fundamental crear un ambiente de comunicación abierta y validación con los hijos. Los padres deben reconocer y gestionar el duelo propio para poder estar presentes para apoyar a sus hijos. Es recomendable buscar ayuda profesional siempre que sea necesario. “Mientras más apegado estaba yo a ese algo, más difícil será adaptarme a vivir sin ello”, agregó Sandoya. El duelo no solo afecta a nivel emocional, sino también físico. En niños y adolescentes puede manifestarse con presión en el pecho, dolor de garganta, cansancio, alteraciones en el sueño y la alimentación, y pérdida de memoria. “Se ha demostrado que los niños bajan su rendimiento académico porque les cuesta concentrarse, memorizar y estudiar”, indicó Sandoya. Cada etapa de desarrollo influye en cómo los menores procesan el duelo. Los niños de cinco a siete años no comprenden del todo la muerte y pueden preguntar reiteradamente por la persona fallecida. “Es muy importante que el adulto le explique qué significa morir”, enfatizó Sandoya, sugiriendo usar herramientas como el dibujo, el juego o la música para ayudarles a expresarse. Los preadolescentes, aunque entienden la muerte, pueden tener reacciones impulsivas y dificultades para verbalizar sus emociones. Los adolescentes, por su parte, experimentan el duelo de manera similar a los adultos, pero con mayor tendencia a actuar impulsivamente. Es clave que los padres hablen con sus hijos sobre cualquier tipo de pérdida. “Es fundamental explicarle al niño lo que está pasando con palabras que pueda entender y asegurarse de que comprenda que no tiene la culpa”, recomendó Sandoya. También alertó sobre el error de ocultar información o usar eufemismos para suavizar la noticia. “La honestidad es clave porque es en esos momentos cuando el niño más necesita sentir que puede confiar en sus padres.” Evitar frases como “no llores” o “no pienses en eso” es crucial. “El trabajo del adulto es validar lo que el joven siente”, destacó Sandoya. Además, los adultos deben reflexionar sobre su propio duelo, pues los niños imitan su forma de procesarlo. “Para apoyar a tu hijo, debes saber cómo lidiar con tus propias emociones”, concluyeron las especialistas.

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