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MI MAESTRA MIREYA Mireya Douglas fue mi maestra en mis últimos años en la escuela Árabe de Libia. Yo no tenía buenas calificaciones, pero sabía expresarme y los demás me seguían. Mi mamá a veces tenía que rogar para que me diera un puntito para pasar de grado. Pero la maestra Mireya vio en mí cualidades. Un día me sorprendió asignándome miembro del COA (Cuerpo de Orden y Aseo). Cuando mi mamá murió y mis hermanos y yo nos quedamos solos, la maestra Mireya estuvo pendiente. Nosotros vivíamos en Calle 4ta. Río Abajo. El día de la graduación en primaria los primeros puestos recibieron sus reconocimientos y al final anunciaron un premio a la caballerosidad y al estudiante cooperador. No podía creer que era para mí. La maestra Mireya creyó que yo era una persona valiosa más allá de mis calificaciones. Llegué a ser asesor de la ministra de Educación e intenté buscar pistas de la maestra Mireya, algunos me dijeron que tal vez se había retirado. Me gustaría que supiera que impactó en mi vida. EL PROFESOR LAURENCE Desde pequeña, siempre me gustaron las matemáticas. En el Colegio Episcopal de Panamá, participé en la Olimpiada Panameña de Matemáticas y… ¡gané una medalla de oro! Cuando llegué a la Universidad de Notre Dame en Indiana, no tenía idea de qué quería estudiar. En mi primer año, fracasé en mi primer examen de cálculo. ¡No lo podía creer! Si había ganado una medalla en la olimpiada, ¿eso no significaba que era buena en matemáticas? En ese momento, tenía dos opciones: darme por vencida y regresar a Panamá o pedir ayuda. Fui a la oficina de mi profesor de matemáticas, el doctor Laurence Taylor, y le hice un millón de preguntas sobre el examen hasta asegurarme de que entendía perfectamente todos los conceptos. El profesor fue increíblemente amable y paciente. Su apoyo fue tan valioso que, si no hubiese sido por él, quizá no habría logrado todo lo que he alcanzado hoy… y quizás Fundapromat tampoco existiría. LA MAESTRA XIOMARA Hay maestros/as que dejan una huella indeleble en nuestras vidas, y para mí, esa persona fue la maestra Xiomara Berrio. La conocí cuando tenía seis años, en la Basílica Menor Don Bosco, donde recibía clases de religión durante mi formación como infancia misionera. Fue ella quien, con su sabiduría y calidez, vio algo en mí que ni siquiera yo sabía que existía. Recuerdo vívidamente el momento en que me animó a escribir sobre mis sueños y mi identidad. Me preparó para hablar en público, convencida de que mi historia podría inspirar a otros. En ese entonces, soñaba con ser doctora, pero aunque no cumplí ese sueño, la música se ha convertido en mi verdadera pasión, permitiéndome encontrar mi propósito de vida. Hoy, después de tantos años, me sigue emocionando pensar en cómo esa maestra marcó mi camino. Aunque he deseado poder volver a coincidir con ella, este recuerdo lleno de gratitud es mi pequeño homenaje. DRA. JEANETTE SHAKALLI, directora ejecutiva de la Fundación Panameña para la Promoción de las Matemáticas (Fundapromat). YAHAIRA OSIRIS, promotora artística, fundadora de Mim Latam (Mujeres En La Industria Musical). DANIEL CHARLES, abogado y creador de la fundación Dame una Mano, que ofrece ayuda a la niñez. 21 21.02.2025 ELLAS.pa alcanzado hoy… y quizás Funda durante mi formación como infancia misionera. Fue ella quien, con su sabi

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