11 26.07.2024 Era sábado y llovía. Mucho. Tanto que teníamos que subir intencionalmente el volumen de nuestras voces para escucharnos entre sí mientras conversábamos dentro del estudio de Corporación La Prensa. Afuera, truenos y lluvias golpeaban la tarde, pero adentro una estrella olímpica en calma brillaba. De alguna manera, la particularidad del clima era señal de que ese no era, de hecho, un sábado cualquiera: Hillary Heron, la gimnasta panameña que ganó uno de los 14 cupos en todo el mundo para competir en París 2024, nos acompañaba para esta entrevista exclusiva, hecha 90 días antes de cumplir su sueño de niña: sus primeros Juegos Olímpicos. Un maleta con varios cambios de ropa llegó junto a ella para esta sesión de fotos. Al abrir el equipaje, en medio de otras prendas, los ojos se iban en dirección a dos piezas que fulguraban: dos leotardos de gimnasia, uno rojo, el otro azul, ambos bordados con la bandera de Panamá. “A los cuatro años, cuando empecé a hacer gimnasia, nunca pensé llegar aquí. Yo sólo quería ser gimnasta porque me gustaba estar de cabeza y quería gastar energía”, me dice Hillary en retrospectiva de una carrera como atleta, tan brillante como histórica, que no vio venir. A la entrevista no llegó sola, su papá Ricardo y su mamá Yaroslavi, la acompañaban. Ellos, que cuando su pequeña hija les dijo que quería ser gimnasta, no dudaron en impulsarla sin saber que hoy estarían junto a ella en su debut olímpico, viéndola como abanderada de la delegación panameña en los Juegos Olímpicos París 2024. Hillary Heron pisa esta cita olímpica con 20 años y con su nombre escrito en los libros de la historia de la ELLAS.pa gimnasia. Para ella este deporte es disciplina, amor y perfección. Porque sí, la perfección sí existe cuando se habla de gimnasia. COMO PRINCESAS DANDO VOLTERETAS Hillary tenía cuatro años cuando, un día, mientras veía la cita olímpica de Beijin 2008 en la televisión junto a sus padres, apareció la competencia de gimnasia. “Quedé como en un trance viendo a esas niñas que hacían volteretas con vestidos bonitos, así comosparkly , que parecían como princesas”, recuerda. Para una niña naturalmente inquieta, que le gustaba dar vuelta en los sillones y se subía al techo de su casita de juguetes en lugar de jugar dentro de ella, ver esa imagen en pantalla era un sueño. A esa edad pidió a sus papás hacer eso, lo que salía en la televisión. En su familia, el deporte siempre fue un integrante más: Ricardo Heron, papá de Hillary, trabajó en la Major League Baseball (MLB) como scout. Su abuelo fue el reconocido beisbolista, técnico y scoutKarl ‘C h i co’ He - ron, quien firmó a Mariano Rivera para los Yankees de A Hillary la veremos competir por primera vez este domingo 28 de julio, a las 7:30 a.m, hora de Panamá. Fotografía: Janín Gastón. Maquillaje: Romina Pitti. “A LOS CUATRO AÑOS, CUANDO EMPECÉ A HACER GIMNASIA, NUNCA PENSÉ LLEGAR AQUÍ. YO SÓLO QUERÍA SER GIMNASTA PORQUE ME GUSTABA ESTAR DE CABEZA Y QUERÍA GASTAR ENERGÍA”
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