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23 15.03.2024 nos del colegio para cantar, declamar, teatro, juegos florales, semana científica y hasta formamos el equipo de voleibol dirigido por un lasallista de un año superior, Fernando Lay. En noviembre, fiestas patrias, con las bandas de música y guerra se vivía un ambiente de mucha alegría. Nos integramos en el batallón de las mujeres y como batuteras. Al marchar por la avenida Bolívar los balcones de las casas se volcaban en aplausos. Orgullosos tocábamos nuestro himno: La Salle… La Salle, doquiera triunfará. Memorias Algunos compañeros, compañeras y profesores narran lo que el ingreso de las jóvenes al colegio significó para ellos: Mónica Rangel: “Fue un reto pues el prestigio del colegio era de un alto nivel académico. Los conceptos de rectitud, honorabilidad, responsabilidad y servicio al prójimo que aprendí allí me han ayudado en mi carrera, tanto para entender materias en los primeros años de medicina, como para marcar mi camino en este apostolado que es la medicina”. Teresa García: “Formar parte de ese primer grupo de mujeres, me permitió ser una profesional con igualdad de oportunidades. Su educación me ha dejado el más valioso legad o”. Florita Cabrera: “Fue una muy bonita experiencia, un sueño hecho realidad. Había que trabajar y estudiar muchísimo. Recibir una educación de calidad me permitió ser mejor persona y una profesional con éxito”. Néstor Gálvez: “Cuando escuché la noticia de que habría chicas en el colegio sentí una mezcla de miedo y emoción. Era una oportunidad de interactuar con otras chicas fuera de la familia y vecindad. El primer día de clases fue una mezcla de esas emociones y curiosidad. Era claro que teníamos que adaptarnos y aprender para que pudiéramos encajar todos. Algunos encontraron amores y otros hicieron amistades que duran hasta hoy. Fue un período de formación y aprendizaje que impactó nuestra vida. Marco Achurra: “El ingreso de mujeres al Colegio La Salle en Colón fue una de las mejores ideas, ya que esto promovió un mejor desarrollo psicosocial de ambos sexos”. Profesor Teodoro Robinson (de inglés): “El ingreso de las muchachas fue muy significativo. Era hora de realizar un cambio positivo en la enseñanza Lasallista y se logró. Después de 50 años de la primera graduación mixta, sigo pensando que fue una idea muy acertada. Tuve la oportunidad de ser parte de esa promoción 1974 y todavía lo recuerdo con mucho amor”. Hermano Eduardo Carretero (q.e.p.d.) indicó antes de fallecer: “Pa ra mí fue mucha incertidumbre por el manejo que se daría en todo momento con las chicas”. “Cuando recibí la noticia sentí que perdíamos mucho terreno e independencia, porque nos limitaríamos por pena tal vez, en los deportes, y otras actividades a las que estábamos acostumbrados a manejar entre hombres de manera callejera. Nuestras actitudes tendrían que ser más consideradas tomando en cuenta a las muchachas. La realidad fue que se integraron muy bien y rápido; pronto todo era normal y tranquilo”. Entre nuestros compañeros había algunos tímidos, otros muy extrovertidos, los había muy respetuosos y otros que resaltaban por ser divertidos. Ellos nos brindaron apoyo respeto y cariño. En nuestras reuniones anuales siempre hay hermandad y bellos recuerdos que nos hacen ser orgullosamente Lasallistas, siempre recordando que ‘entra - mos para aprender, salimos para servir’. EN FOCO Graduación y baile de graduación (imagen abajo) Celebrando los 40 años de graduados, 2014. Virginia González, 1973.

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