34 13.10.2023 ELLAS ENTRE NOS CULTURA A los niños les hace feliz jugar. Eligieron mostrar cómo se divertían en las veredas. Una de sus travesuras favoritas son las guerras de aguas que incluyen globos y, por supuesto, agua. Algo que, obvio, les hace ganar regaños. Unode losaspectosmásdestacadosde los talleres fue el aprendizaje sobre el funcionamiento de las cámaras y la grabación de sonido. Losniños estaban fascinadospor la tecnología y la posibilidad de contar historias a través de la lente de una cámara. Jassir Paz, también de 12 años, aprendió a usar un trípode, vio el funcionamiento de las bocinas, entendió el uso de los brillos en la cámara y, por supuesto, aprendió los principios de grabar imágenes. Él grabó, pero también lo grabaron; además, entrevistó personas para contar la historia de los abuelos de Viejo Veranillo y le gustó más entrevistar. Hasta aprendió, dice, que para entrevistar hay que tener carisma. Se dividieron en dos grupos para grabar. Empezaban temprano y algunas veces llegaban hasta casi al final de la tarde. Siempre iban acompañados de sus talleristas. Justin Vivero, de 12 años, sintió que la cámara era incómoda al principio. Él grabó a algunos niños en su casa. Pero su conclusión de toda la experiencia fue: ‘priti’. Yohany y Arturo también usaron esa misma palabra para expresar su satisfacción. Al grabar a los abuelos de Viejo Veranillo, aArturoMiranda le sorprendió escuchar las historias de inundaciones e incendios donde laspersonashabíanperdidotodo.Tambiénle llamó la atención conocer cómo era la comunidad antes, cuando habíamenos casas. Sobreentrevistara laspersonasmayores, comenta que no todos quisieron hablar. Algunos semostraron tímidos. Un objetivo del taller era permitir que los niños eligieran lo que iban a contar. No era mostrarlos con la mirada de un cineasta externo. Ellos guiaronel relato, cuentaRodrigo QuinteroAraúz, partede laproductoradecineMente Pública que colabora con Ingueto. El grupo Carpa de Cine Ingueto nació en Curundú hace cuatro años. Su directora, Yineth López, está nominada a los premios Panamá en Positivo que se entregan este mes, en la categoría agente de cambio. Ingueto utiliza el cine y la cultura como un espacio que abre la puerta al mundo, pero que también enseña a valorar la historia de cada persona y de su comunidad. Las personas mayores de Viejo Veranillo contaron cómo era la comunidad años atrás y los retos que han enfrentado, como incendios e inundaciones. Fotos: Cortesía de Ingueto Durante sus vacaciones escolares una decena de niños participó en el taller de cine documental Ojos que Hablan organizado por Ingueto y varios colaboradores.
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