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28 13.10.2023 EN FOCO ELLAS ENTRE NOS CUANDOEL DIAGNÓSTICO ESPOSITIVO Escribo con la esperanza de compartir mi experiencia y ayudar a quienes están pasando por esto, brindándoles esperanza de una mejor calidad de vida durante y después del proceso. Uno de los momentos más impactantes de mi vida fue cuando recibí la noticia de que tenía cáncer de mama. Lo recuerdo claramente, como si fuera ayer. Fue confirmado el 15 de noviembre de 2019, justo al inicio de la pandemia. En ese momento, me asusté, lloré y me desesperé, pensando que podríamorir al día siguiente. Lo primero en lo que pensé fue en mi hijo, enmi familia, enmis amigos y en el gran dolor que les causaríasi yofaltaba.Sentíunpánico total. Inmediatamente, recordé todas las cosas que aún quería hacer y que probablemente no podría lograrantesdepartir.Lloréy me pregunté muchas veces por qué a mí. Me sentí en estado de shock, extremadamente vulnerable. Nadie está preparado para recibir una noticia como esta, especialmente cuandohas vivido toda tu vida temiendo la palabra "cáncer". Para mí, erróneamente, esa palabra era sinónimo de muerte debido a amigos y conocidos que perdí por esa enfermedad. Comencé de inmediato a buscar ayuda profesional y espiritual. Cuidé demí misma, comencé a leer, a instruirme y a investigar acerca de mi enfermedad. También escuché las experiencias de otras personas para ver qué podía aprender de ellas y cómopodríanayudarme enmi propiaexperiencia.Ahímedi cuenta deque, aunqueel diagnósticosea el mismo, cada caso es único, dependiendo de su ubicación y de cuándo se detectó el cáncer. Cada persona vive su propio proceso, y nunca es exactamente igual. Sin importar la complejidad del caso, en lamayoríade las ocasiones se requería un cambio en mi vidayenlademi familiayamigos. Me acerqué más a Dios. Oré profundamente y con conciencia para aumentar mi confianza en Él cada día y aceptar cualquier resultado en todo el proceso. Esta confianza en Dios tambiénme ayudó a mantener una actitud máspositivayaver lavidademanera diferente. Me volví una persona más agradecida, más espontánea y más auténtica. El aspecto físico pasó a segundo plano; lo importante era vivir cada día pensando que todo pasaría. La actitud positiva juega un papel crucial en este proceso, aunque no sea fácil. Ayuda a sobrellevar el día a día, a ganar energía para seguir adelante y a encontrardistraccionesencosas que te gusten y entretengan. En mi caso, elegí actividades como dibujar, pintar y escuchar música alegre. También la lectura fue de gran ayuda, ya que desarrollé el hábito de leer, especialmente libros de motivación y superación personal. No se trata de ocultar la realidad de la enfermedad, sino de aprender a vivirla y aceptarla. Este valor lo adquirí de la mano de Dios, que siempre me fortalece. Fue entonces cuando me di cuenta de que "cáncer" no es sinónimo de muerte, sino de cambioy transformación. Cambié los malos hábitos,me acerquémás a Dios,mejorémi alimentación, hicemás ejercicio, reduje el consumo de dulces y azúcares, bebí muchaaguayaprendí a ser agradecida por lo que tenía, así como por lo que no tenía. No podía permitir que el estrés me venciera, por loquepractiquéejerciciosde respiraciónypasémástiempoen contacto con la naturaleza. Por supuesto, todos estos cambios se realizaron junto con el tratamiento médico recomendado. Actualmente, todavía estoy en tratamiento oral por tres años más. Escribo esto con la esperanza de compartir mi experiencia y ayudar a quienes están pasando por esto, brindándoles una voz de esperanza de una mejor calidad de vida durante y después del proceso. Es natural experimentar cambios emocionales, pero es importante mantener la calma y saber que puede haber una luz al final del túnel. Por: Maritza Moreno

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