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24 8.09.2023 PERSONAJE ELLAS ENTRE NOS No hay un letrero que indique taller deGabrielaValenzuela. Pero de 9:00 a.m. a 9:00 p.m. la dueña está allí, junto a su equipo de trabajo en un edificio próximo a calle 50. ‘Si mi clienta se ve bien, yo también’, con ese lemaha logradounaclientelafielque leha confiado su ropa, la de sus hijas, nietas y bisnietas. Valenzuela ha cosido para reinas de belleza, como la Miss Universo panameña Justine Passek y para primeras damas. Ha presentado colecciones en Panamá Fashion Week, que este año le hará un homenaje a su trayectoria. GABY CONAGUJAY TIJERA Nació en Chile. Su padre le dio el nombre de la primera premio Nobel de Latinoamérica, Gabriela Mistral. Pero esta Gabriela prefería las tijeras al bolígrafo. Con 12 años de edad iba a los almacenes para pedir cajas y a una fábrica de lencería fina por sobrantes de tela. Hacía delicados cofres forrados y trajes para muñecas. Todo para vender. Siempre supo de medidas y de precios. Fue a una escuela de modistería, aunque mucho ya lo sabía. Con una amiga puso un taller.En1971 secasóyen1976tuvosuprimer hijo. Su esposo pensaba que Gaby desistiría del taller, pero allá llevaba a los niños. En 1979 la familia Valenzuela, con dos hijos, semudó aPanamá. Los parientes de él, gemólogos, tenían aquí una joyería. Él empezó a trabajar enZona Libre. Al cuarto día de llegar a Panamá, Gaby compró una máquina de coser. Empezó a visitar las tiendas de tela y a coser camisones y batas que vendía a las amigas de su cuñada, quien la contactó conuna familia italianaque impartía clases de esgrima y no encontraba uniformes. “Simedanunamuestra yo los hago”, dijo. Comprando telas, conoció a la dueña del almacén. “¿Por qué compras tanta tela?”, le preguntó. Gaby le respondió: “con esta, la gruesa, hago uniformes de esgrima y con la otra camisones y batas, si querés te hago”. Ella le encargó un juego, y así empezó una relación que se hilvana entre generaciones. Gabriela cosía en su casa y guardaba todo al volver su esposo del trabajo. Se sentía activa y plena. En 1982 enviudó. Pidió un préstamo a su cuñado para comprar tres máquinas y una plancha. La costumbre era mandarse a hacer los vestidos. Gaby recorrió las tiendas de tela y dejó sus datos por si alguien necesitaba una costurera. Para finales de ese año su nuevo taller, en su casa en vía Argentina, estaba coGABY VALENZUELA por: RoxanaMuñoz fotos: ElyséeFernández ‘SI MI CLIENTA SE VE BIEN, YO TAMBIÉN’

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