8 21.04.2023 POR LA SOMBRITA ELLAS.pa [email protected] ME REGALA UN MANGO PAPAYO, REDONDO O DE CALIDAD. TODOS EN PANAMÁ TENEMOS UN MANGO FAVORITO. PERO HAY UNO QUE CONQUISTA A TODOS. EL MANGO ENCONTRADO, ESE DE ALLÍ, ¿VE? ROXANAMUÑOZ Lleguémuytempranoa laBibliotecaNacional en el ParqueOmar, abríaa las9:00a.m. yyopensé queeraa las8:00a.m. Parami suerteencontré unas bancas yme acomodé. Allí me esperaban seismangosmaduros.Quésorpresa.¿Quiénlos habíadejadoallí?¿Podríatomaruno? Peroel díaanteriormi estómagohabíaestadorevuelto. Esos mangos tan bonitos merecían estómagos saludables.Asíquemepusealeermi libroparahacertiempo. Labiblioteca,comoalgunossaben,quedadentrodelparque, así que cerca demí había un grupo de personas de diferentes edades, la mayoría adultos mayores, conversandoyestirándose. Casi losenvidié. Al grupose les sumóunamujer. Suplicabapor uncartucho, uno grande. Había recolectado tantos mangos que no tenía como transportarlos. Juro que traté de mantener los ojos en mi libro. Aquella mujer había recolectado como 50mangos del parque. Se disculpó, no séporqué,diciendoquenoerantodosparaellayempezó arepartir. “Esteestáapolismado”,“esteesde loshilachos”,“este está muy maduro”, decían los amigos. La mujer defendíasucosecha.Aquellosserviríanparabatidos. El ParqueOmar estápobladodepalos demango. Los que no se comen las ardillas los aprovechan los niños, deportistas y caminantes que todos los días van allí. La temporada de mango en Panamá dura unas pocas semanas. Esentoncesquenosdamoscuentadeque laciudadtienemuchosárboles. Me llama la atención la gente que va por la calle feliz conunmangoqueseencontró.¿Cómolosé?Se losnoto en la cara. Y el mango se ve bien bonito. Esemango que llegaanuestrasmanosdesorpresa, regalado, encontrado, esel favorito. También es jugoso compartir. Un amigo me cuenta que en suempresahayunenorme árbol y los que se encargandelmantenimientosuelenponerlosenunmurito paraque lagentese los lleve. Lo mismo hace mi hermano en su casa. El árbol que tienedatantosfrutosquellegaunmomentoquetambién colocaalgunosenelmuroparaquienpaseporallí. Aquel día en la entrada de la biblioteca, al ratito, un señor se me acercó y me preguntó si podía llevarse un mango de aquellos que estaban cerca demí. Le dije que los tomara, seguro para esos lo habían puesto. Se llevó cuatro.Demasiadosparamigusto,perolacosaesqueno sepierdan.
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