3 Edición Especial Día del Abogado Por Corprensa Content Studio El pensamiento que fundó una nación Cada 9 de agosto, Panamá conmemora el Día del Abogado en honor al natalicio de Justo Arosemena (1817–1896), una de las figuras más influyentes del pensamiento jurídico, político y filosófico nacional. Su legado no se limita a su producción normativa, sino que alcanza una dimensión estructural: Arosemena es el jurista que concibió, argumentó y proyectó la noción de una nación panameña antes de que existiera como Estado independiente. Su obra más citada, El Estado Federal de Panamá (1855), no es solo un ensayo político, sino un tratado sobre soberanía, descentralización y autodeterminación de los pueblos. Allí planteó que Panamá debía organizarse como Estado federal dentro de la Nueva Granada, con autonomía administrativa, económica y legislativa. Lo extraordinario de este documento es que lo escribió cuando Panamá aún no era una república independiente, pero ya lo pensaba como sujeto político diferenciado. Arosemena entendía que el derecho no debía limitarse a reglamentar la vida jurídica, sino que tenía la capacidad de construir ciudadanía y nación. Por eso, abogó por una estructura legal coherente, codificada, laica y republicana. Fue redactor de constituciones, códigos civiles y leyes fundamentales. Su visión del ordenamiento jurídico se basaba en la razón, el progreso y la equidad. Además de su producción normativa, Arosemena también fue un pedagogo de la institucionalidad. Su pensamiento combinó filosofía liberal con un profundo respeto por el Estado de derecho, la división de poderes y las libertades individuales. En su tiempo, fue una voz crítica contra el centralismo, los abusos del poder y la arbitrariedad política. En sus múltiples cargos —legislador, diplomático, jurista— siempre defendió la primacía del derecho sobre la imposición, y la razón sobre la fuerza. Su visión jurídica anticipó la nación antes de existir. La República según Arosemena Mucho antes de la independencia, Justo Arosemena ya pensaba a Panamá como un Estado autónomo. Su obra jurídica es una guía para entender el país, la justicia y el rol transformador de la abogacía en el devenir nacional. La profundidad de su obra fue reconocida incluso fuera de Panamá. Intelectuales y juristas latinoamericanos destacaron su lucidez y su capacidad para pensar estructuras federales modernas en una región marcada por la inestabilidad. Hoy, su obra sigue siendo referencia obligada para quienes estudian el constitucionalismo latinoamericano del siglo XIX. Una ética jurídica vigente La conmemoración del Día del Abogado no es solo una efeméride gremial, sino una oportunidad para reflexionar sobre el rol del derecho en la construcción del país. Justo Arosemena no concebía la abogacía como un ejercicio técnico, sino como una misión ética al servicio del bien común. Su pensamiento recuerda que la labor del abogado no se agota en la interpretación de normas, sino que se extiende a la defensa de los principios republicanos, la justicia social y los derechos fundamentales. En una época donde las instituciones enfrentan desafíos de legitimidad, volver a Arosemena es recuperar una visión del derecho comprometida con la dignidad humana, la equidad y la convivencia democrática. Monumento a Justo Arosemena en Parque del Retiro, Madrid.
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