Embajada_Espana

27 07 por Wendy Tribaldos, historiadora y museóloga panameña. Los cien años del monumento a Balboa (1924-2024) asco Nuñez de Balboa está de plácemes, y no es cualquier aniversario. Este año se cumple el centenario de la inauguración del icónico conjunto escultórico que lo presenta avistando el vasto océano Pacífico, que acompaña a Panamá desde 1924. La figura de Balboa fue parte importante de la creación identitaria nacional hispanista, que definieron sus dirigentes en los albores de la república a inicios del siglo XX para ensalzar, entre otras cosas, su vocación transitista global y sus lazos con España. Sin embargo, su periplo creacional inició mucho antes, en 1906, como una iniciativa del Concejo Municipal capitalino para honrar a quienes consideraban héroes nacionales, entre los que se hallaba Balboa. Tres años más tarde, el Concejo delegó al cónsul panameño en Barcelona la responsabilidad de contactar al afamado escultor español Agustín Querol para cotizar dos estatuas, una dedicada a Balboa, y la otra, al istmeño Tomás Herrera. La muerte de Querol en 1909 puso en pausa el proyecto, que originalmente buscó presentar a un Balboa agonizante, ajusticiado por sus jueces en Acla. La iniciativa fue retomada por el presidente panameño Belisario Porras en 1913, en una carta al rey Alfonso XIII donde expresa parte de su plan nacional que buscaba estrechar los vínculos culturales con España, y enaltecer la figura de Balboa. Porras propuso al rey que su costo fuese cubierto por contribuciones voluntarias de españoles y latinoamericanos, y planteó que se levantara frente a la entrada del canal de Panamá, «en sitio donde sea saludada eternamente por las banderas de todas las naciones y por los hombres de todas las razas». La propuesta de Porras fue bien acogida en España, donde se estableció una suscripción popular para apoyar el sufragio de los costos del monumento. Por su parte, el rey Alfonso aportó la nada despreciable suma de 50 mil pesetas, que se sumó a la misma cifra que destinó el gobierno panameño a esta iniciativa. El rey español también facilitó el latón necesario para su construcción, y canalizó el apoyo económico de los gobiernos hispanoamericanos a la obra. De acuerdo a los documentos de la época, contribuyeron cuantiosas sumas Uruguay, Cuba, Perú, Chile, Argentina y México, así como Nicaragua, Honduras, Salvador, Guatemala, Santo Domingo, Colombia y Puerto Rico. V

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