28 P. Ha visto cómo Panamá ha crecido y se ha transformado. Cuéntenos cómo era el Panamá que conoció al principio. R. Panamá era, y es, un país rico. El crecimiento de la capital ha sido espectacular. En aquella época la ciudad vibraba entorno a la Avenida Central. Allí había comercios importantes de españoles, como el Bazar Madrid, Antonio´s La Innovación, la Farmacia Ruiz, la antigua sede de la Sociedad Española de Beneficencia y otro centro español. La influencia española también se notaba en los colegios religiosos como La Salle, Javier y San Agustín, donde había muchos profesores españoles, y en las Universidades de Panamá (UP) y de Santa María la Antigua (USMA). El Ministerio de Relaciones Exteriores estaba enfrente de la Embajada de España, en un bonito palacete al otro lado de la Plaza Belisario Porras. Éramos casi vecinos. Eso favorecía mucho los contactos y la familiaridad con los funcionarios panameños. Al margen del pasado, me gusta estar al día. Cada mes organizo una tertulia llamada la “Peña de Amigos”. Nos reunimos para cenar un grupo de españoles, de los antiguos y de los recién llegados, e intercambiamos novedades, organizamos alguna actividad cultural o benéfica. Todos son bienvenidos. Hablamos de todo, menos de política y religión. P. También tuvo ocasión de vivir momentos importantes en las relaciones entre España y Panamá. ¿Qué acontecimientos recuerda especialmente? R. El viaje de Sus Majestades los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, en 1977, marcó un antes y un después. Eran muy populares, en España y en Panamá. El rey Juan Carlos I y el rey Felipe VI han visitado Panamá en varias ocasiones y estas visitas han dinamizado las relaciones y favorecido otros viajes de presidentes del gobierno, como Adolfo Suárez y Felipe González, ministros y altos cargos a lo largo de las últimas décadas, lo que ha sido muy positivo para ambos países. Para los españoles es una suerte tener un rey como Felipe VI, que nos representa muy bien a todos y promueve una imagen moderna de España, como una democracia avanzada y un estado de bienestar solidario con las otras naciones. Como habrás podido comprobar, soy un auténtico “fan” de don Felipe y tengo varias fotografías suyas en las estancias de mi casa. Antes de la democracia, las visitas eran muy raras. Vino el ministro de Asuntos Exteriores Gregorio López-Bravo. También recuerdo la gran expectación que causó la llegada de un barco-exposición al puerto de Colón, el Ciudad de Toledo, en 1957. Era una espectacular exposición flotante de productos españoles, maquinaria, textiles, artesanías, etc., que recorrió muchos puertos de países americanos y estuvo unos días en Panamá. El presidente de la República fue a visitarlo. Si hablamos de barcos, hay que mencionar también las muchas veces que el buque escuela Juan Sebastián Elcano ha tocado puerto en Panamá para cruzar el Canal. Ojalá haga pronto una nueva escala. Siempre es acogido con entusiasmo por panameños y españoles que desean acercarse a visitarlo y saludar a la tripulación. P. Finalmente, ¿qué es lo que más admira y le gusta de Panamá?, ¿qué se llevaría a España si pudiera de este país que le ha acogido como a uno más? R. Me encanta la amabilidad de la gente panameña, su cordialidad, su paciencia. Saben disfrutar de los buenos momentos y no se crispan. Como país, creo que han desarrollado sectores de la economía muy modernos y dinámicos. Por otra parte, me fascina la naturaleza de este país, su exuberancia tropical, es algo apabullante. Tengo plantas y flores dentro y fuera de mi casa. Disfruto de cuidar el jardín. ¡No me llevaría el calor! En España ya tenemos bastante, al menos durante una época del año. Don Atilano ante algunas de sus condecoraciones
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