Embajada_Espana

19 Tomás Mendizábal, arqueólogo e investigador de planta del CIHAC-AIP. 05 Los guardianes del Caribe: Antonio Fernández de Córdoba y el tercer castillo de San Lorenzo enry Morgan envió a uno de sus lugartenientes, Joseph Bradley, al mando de tres navíos con casi quinientos piratas como avanzadilla para tomar el Castillo de San Lorenzo el Real del Chagres. Era la primera fase de su plan de cruzar el istmo para saquear la ciudad de Panamá. Los piratas desembarcan y llegan por tierra al castillo un 5 de enero de 1671. Se encontraron con una fortaleza construida en la cima de un acantilado rocoso, hecha de camellones o terraplenes de tierra revestidos de una recia empalizada, que conformaban por lo menos tres baluartes con plataformas para artillería detrás de un foso. Don Pedro de Elizalde y Ursúa, castellano del San Lorenzo al mando de una tropa de oficiales y soldados españoles y milicianos panameños, alrededor de trescientos cincuenta hombres, opusieron una feroz resistencia que por día y medio le costó la vida a más de ciento cincuenta de los corsarios, entre ellos al propio Bradley. Pero un golpe de mala suerte los condenó: un cañón pedrero de bronce que diezmaba a los piratas con su constante fuego, se sobrecalentó y estalló con tal fuerza, que abrió una gran brecha en la pared del castillo que bordeaba el foso. Por ese boquete entraron granaderos enemigos que causaron gran daño y luego los demás piratas que dieron pie al combate cuerpo a cuerpo. Después de una cruenta batalla en la que el castellano rechazó pedir cuartel, decisión que pagó con su muerte, los piratas finalmente toman el castillo al día siguiente, Pascua de Reyes. Una vez asegurada la fortaleza y con el pendón inglés izado, Morgan hace su entrada y marchan sobre Panamá. Un mes después, a su regreso, es allí donde reparten el botín robado y parten hacia Jamaica, no sin antes arrasar por completo el San Lorenzo. En noviembre de ese mismo año de 1671 llega al istmo Don Antonio Fernández de Córdoba, maestre de campo y sargento general de batalla de la Armada de Flandes, a quien la reina regente Mariana de Austria había nombrado Gobernador, Capitán General y Presidente de la Audiencia del Reino de Tierra Firme. Venía con órdenes de reconstruir la ciudad de Panamá y el castillo en la boca del río Chagres. Comienza su tarea delineando la nueva fortaleza, que sería la tercera en el mismo sitio. La segunda fue construida por el gobernador Pedro Carrillo de Guzmán en la década de 1650 y luego arrasada por Morgan; y la primera fue aquella levantada por Bautista Antonelli setenta años antes, y que fue destruida no por ataques de piratas, sino por la falta de mantenimiento y los embates del oleaje, ya que se situaba en la punta y al pie del acantilado. Fernández de Córdoba rápidamente trazó un pequeño castillo para tan solo cincuenta hombres, constituido de dos elementos principales: una nueva plataforma marina en la punta del barranco y al nivel del mar para cubrir con artillería la boca del río; y en la cima del acantilado un castillo propiamente dicho, de hornabeque con dos medio-baluartes en su frente de tierra, protegidos por un amplio y profundo foso seco. Ambas partes se comunicarían mediante una torre adosada a la pared del acantilado. De allí partió a Panamá para reconstruirla. Tomás Mendizábal (Crédito Ana Endara)

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