Embajada_Espana
12 Julia Mayo (JM). Yo me formé como historiadora en la Universidad de Santiago de Compostela e hice una especialidad y un doctorado en Antropología Americana en la Universidad Complutense de Madrid. Me vi motivada a investigar las culturas prehispánicas del Istmo porque nací en Panamá y conocía algunas investigaciones arqueológicas previas que me resultaron fascinantes. Este país es un lugar único para estudiar las costumbres y dinámicas sociales de sociedades complejas no estatales del continente desde el mundo funerario porque cuenta con grandes cementerios y estos están en buenas condiciones. Nosotros investigamos en uno de ellos: El Caño. Además, sabía que existía un campo muy amplio para la investigación porque no es un área que haya captado la atención de muchos investigadores. Tras doctorarme presenté al Instituto Smithsonian un proyecto para hacer una investigación en la región central y me concedieron una beca postdoctoral que me abrió la puerta para hacer el trabajo de campo que necesitaba para continuar con mis estudios. Invité a otros investigadores y, entre todos, creamos la Fundación El Caño, una plataforma para la investigación arqueológica con la cual operamos desde el año 2012. Alicia Ibáñez (AI). Estudié Biología en la Universidad de Salamanca, y posteriormente me orienté hacia la botánica tropical con un máster en la Universidad de Edimburgo (Escocia). Esto me abrió las puertas a viajar a América Central y del Sur y me permitió adquirir experiencia en el trabajo de campo botánico en el trópico. Tras unos años regresé a España, aunque con intenciones de seguir trabajando en América Latina. Visité el Jardín Botánico de Madrid, donde me recibió el reconocido botánico Santiago Castroviejo, quien entonces lideraba un proyecto de estudio de la flora y fauna de la isla de Coiba, en Panamá. Fue él quien me ofreció la oportunidad de unirme a su equipo de investigadores y, posteriormente, de realizar estudios de doctorado con trabajo de campo en Coiba. Tras graduarme en Salamanca, volví a Panamá, donde pude incorporarme a diversos proyectos y comenzar así una nueva etapa. Eugenia Rodríguez (ER). Mi formación es en antropología social y género. Me formé como antropóloga en Barcelona y Brasil y después me especialicé en género en Madrid. Una vez culminada mi etapa de formación empezaron mis viajes por el mundo: primero África, en Mozambique, donde investigué el vínculo entre género y cambio cultural; después en México, donde con una beca postdoctoral realicé una investigación etnográfica sobre género en una comunidad nahua de la Sierra Norte de Puebla. Tras esa experiencia trabajé en una agencia de Naciones Unidas en República Dominicana, antes de llegar a Panamá, donde resido y trabajo desde hace más de diez años. Llegué acompañando a mi pareja a quien ofrecieron una oportunidad laboral interesante. Pensé que sería un buen destino para mí también, donde podría seguir desarrollando mi línea de investigación, y así fue finalmente. ¿Qué os aporta Panamá en el plano científico? JM. Muchísimo. Pude regresar gracias a una beca de una organización que se dedica a fomentar la investigación en los trópicos. Pero estando aquí conseguí ayudas económicas de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT) y, más tarde, del hoy desaparecido Instituto Nacional de Cultura (INAC) y del Ministerio de Cultura. Ellos han entendido la importancia de lo que hacemos no solo para la ciencia sino también para la educación y el turismo por lo que, a pesar de que reciben pocos fondos para inversión, siempre han apoyado el proyecto que, sin ellos, no existiría. AI. Panamá es un país con una inmensa biodiversidad que apenas ha sido estudiada. Por un lado, contamos con un bosque tropical, probablemente el más estudiado del mundo, en la isla de Barro Colorado, en el centro del Canal de Panamá; pero, por otro lado, enormes regiones del país no han sido exploradas desde un punto de vista científico. Esto significa que en cualquier área alejada de las principales carreteras, casi con seguridad uno encuentra nuevas especies para la ciencia o para el país. Es algo insólito en otros países, Julia Mayo Cortesía de Pioneras de la Ciencia en Panamá
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