Embajada_Espana
23 de su actuación colectiva y una característica mayúscula en su proceso de integración en sus países receptores durante los siglos XIX y XX. Tanto en América como en Europa funcionaron como aglutinadores de la identidad colectiva, de amparo, de ayuda, de auxilio, de ocio, entre otros, al emigrante. En Panamá jugaron también un papel importante desde la fundación allá por 1885 de la Sociedad Española de Beneficencia, nacida en el contexto de la primera oleada masiva migratoria a América y también en el del surgimiento de las sociedades más importantes en Latinoamérica. Sería la pionera de todas las asociaciones de extranjeros en Panamá. Posteriormente y antes del estallido de la primera Guerra Mundial en 1912, surgirían el Aplec Català (de carácter cultural y con un fuerte componente nacionalista) y el Centro Español. Hubo que esperar hasta la década de los 50 y bien entrada la década de los 70 del siglo XX, en el periodo de migración masiva de gallegos a Panamá, para la fundación de la mayoría de sociedades y centros regionales de gallegos y españoles en Panamá. Así, se fundaron sociedades de españoles en Colón, David, Chitré, La Chorrera y Changuinola, así como el Club Deportivo Unión Española de Panamá, en Veraguas, Aguadulce y Penonomé. La Sociedad Española de Beneficencia, por cierto, tuvo mucho protagonismo en el día a día de los trabajadores españoles en el Canal de Panamá. Dicha entidad elaboró un informe, llevado a cabo por algunos de sus miembros en las visitas “in situ” a las obras del Canal, sobre el trato y condiciones de trabajo y vivienda de sus compatriotas, en contraste con el trato que recibían los norteamericanos. Dicho informe fue remitido directamente al gobierno de España y la prensa española se hizo eco de su contenido. Se llegó a insistir en el abandono que el gobierno de España tenía a estos trabajadores y, en 1907, el gobierno español prohibió la emigración española a Panamá, aunque a la postre sería de forma temporal. Fundación Nosa Terra. En ciudad de Panamá, recientemente, un grupo de gallegos, incluso de segundas y terceras generaciones, han creado una Fundación sin ánimo de lucro que quiere rescatar y poner en valor el trabajo de estos obreros gallegos y españoles para que no caiga en el olvido. Se trata de un tema de justicia y para ello, planea hacerles un homenaje, que en un primer momento consistiría en levantar un monumento público en su honor. Pero la fundación quiere ir más allá y también considera escribir libros y organizar exposi- ciones y eventos alrededor del tema. La Fundación Nosa Terra está consiguiendo que se despierten las ganas, tanto en España como en Panamá, de conocer mejor esta historia, con una gran actividad y excelente acogida tanto en los medios de comunicación como en redes sociales. Gracias a esta difusión van surgiendo testimonios de descendientes de dichos trabajadores, documentos y fotografías de valor incalculable que salen a la luz y rescatan una valiosa historia oral que refuerza el valor de la Fundación.
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