Banco La Hipotecaria

4 6 Riesgo operacional El Banco ha tomado medidas para el control financiero y operativo, lo que le permite contrarrestar los efectos adversos de la pandemia, tales como: el establecimiento de canales directos de comunicación con sus clientes, la habilitación de medios de pagos físicos y en línea para los prestatarios, y el acceso a una plataforma digital para la gestión de las solicitudes de préstamos, entre otros. (c) Deterioro de activos financieros Los activos financieros del Banco que están dentro del alcance del modelo de pérdidas crediticias esperadas (PCE) de la NIIF 9 (préstamos por cobrar, e inversiones en instrumentos de deuda medidas a CA y a VRCOUI) están siendo evaluados recurrentemente para se incorpore el impacto del COVID-19 en la medición de sus PCE, considerando las medidas adoptadas por los gobiernos de cada uno de los países en donde opera el Banco, en caso de haber. Con base en lo anterior, se espera que los impactos tengan lugar fundamentalmente en los siguientes aspectos: • Medición de la PCE en un horizonte de 12 meses (‘Etapa 1’) o durante la vida del activo financiero (‘Etapa 2 o 3’, según corresponda). En los casos en que se identifique un aumento significativo en el riesgo de crédito (riesgo de incumplimiento) para los activos financieros clasificadas en la ‘Etapa 1’, derivado de los efectos de COVID-19, estos se clasificarán en la ‘Etapa 2 o 3’, según sea apropiado, y su PCE se medirá durante su tiempo de vida; y • La estimación de la PCE incluye: - El riesgo de crédito, cuyo comportamiento podría variar de acuerdo con la estructura de segmentos de la cartera de préstamos del Banco y de qué tan afectados están por la situación, aumentando eventualmente los porcentajes de la PCE incluso a finales del segundo semestre de 2020. • La pérdida estimada como resultado del incumplimiento (pérdida dada el incumplimiento), que podría aumentar teniendo en cuenta que en algunos casos podría haber una disminución en el valor razonable de los activos no financieros comprometidos como garantía. La estimación de las PCE sobre los activos financieros al 31 de diciembre de 2020 incorpora parámetros e insumos considerados adecuados en función de las proyecciones que surgen de la información prospectiva, reflejando los efectos de las decisiones de política pública implementadas en relación con COVID-19 y teniendo en cuenta el alto nivel de incertidumbre con respecto a la intensidad y duración de la interrupción en la economía. La estimación de las PCE se basa en la mejor información disponible obtenida, considerando las diferentes áreas geográficas donde opera el Banco e incorpora los posibles efectos en sus segmentos y carteras de préstamos, que están expuestos a diferentes riesgos y situaciones. Al considerar la información prospectiva (incluida la información macroeconómica), se incluyen escenarios adversos adicionales junto con los utilizados previamente en los modelos de PCE del Banco, por lo que se consideran ajustes ‘post modelo’ (‘model overlay’). La administración del Banco realizará las actualizaciones pertinentes a la estimación de las PCE sobre los activos financieros, de forma subsecuente, considerando la evolución de la pandemia del COVID-19 y sus impactos en las condiciones macroeconómicas, y en base a la mejor información disponible que se obtenga. Alivios financieros a clientes Actualmente, el Banco continúa ofreciendo alivios, en concepto de intereses, comisiones y seguros sobre préstamos, a los clientes que cumplan con los criterios establecidos por los reguladores de los países en los que operan sus subsidiarias, promulgados a través de los acuerdos No.002-2020 y No.007-2020 de la Superintendencias de Bancos de Panamá, y de las circulares externas No.007-2020, No.014-2020 y No.022- 2020 de la Superintendencia Financiera de Colombia. Por su parte en El Salvador, luego de que en marzo de 2020 el pleno legislativo del Estado aprobara la ley transitoria temporal para el pago de créditos en instituciones financieras, los bancos y las entidades financieras que operan en la plaza local han diseñado una serie de planes de alivios, los cuales tienen como objetivo ayudar a la población que se ha visto directamente afectada por la pandemia, como las personas que guardan la cuarentena. Es importante mencionar que, los alivios financieros están limitados únicamente para los clientes que se encuentran al día en sus cuotas de capital e intereses a la fecha de solicitud a el Banco, es decir, para aquellos que estén clasificados en una categoría de riesgo de crédito ‘normal’o ‘mención especial’. Adicionalmente, la concesión de estas exenciones a los clientes en relación con sus préstamos o acuerdo de préstamos existentes, implican la renegación de sus términos. El Banco realiza un seguimiento continuo, en cuanto a los pronunciamientos de los reguladores y entes estatales, así como de las condiciones y eventos que pudiesen impactar la capacidad de repago de los clientes que se han acogido a los alivios financieros, y por ende en las PCE sobre los saldos adeudados, de forma oportuna. Estos saldos se toman en consideración al momento de estimar las PCE sobre la cartera de préstamos por cobrar. Medición del impacto del COVID-19 en las PCE La administración del Banco ha implementado una metodología ‘post-modelo’(‘model overlay’) a través de la cual se determinan las posibles PCE con base en diferentes escenarios macroeconómicos, para así reflejar el impacto estimado del COVID-19 en la capacidad de repago de los prestatarios. En este sentido, el Banco ha realizado un análisis de las posibles afectaciones agrupando a sus clientes de la cartera de crédito con base en la industria en donde laboran, para así clasificarlos en bajo, mediado o alto riesgo. Igualmente, se han elaborado escenarios de alto impacto que permiten determinar los potenciales deterioros de estos activos financieros y estimar la mora de la cartera bajo cada escenario, así como las posibles provisiones que se requerirán a futuro, con el objetivo de mantener niveles de reservas que permitan hacerles frente a los impactos en la mora una vez culminen los alivios financieros relacionados al COVID-19. Portafolio de inversiones en instrumentos de deuda El Banco mantiene un portafolio conservador de inversiones en instrumentos de deuda medidas a CA y a VRCOUI, compuesto por bonos de gobiernos y participaciones retenidas en titularizaciones, el cual es monitoreado de forma recurrente en cuanto su riesgo de crédito y mercado. Particularmente, para el cierre del 31 de diciembre de 2020, los estados financieros consolidados no reflejan impactos representativos asociados al deterioro del portafolio de inversiones en valores, puesto que los aumentos que se percibieron en las tasas de interés del mercado, obedecen más a una disminución en la liquidez, asociada a la salida de capitales de inversionistas internacionales de los mercados emergentes, dada la situación del COVID-19, más no a una disminución en las calificaciones de los emisores por la incapacidad para honrar sus obligaciones en un corto plazo. No obstante lo anterior, respecto a no observarse impactos significativos asociados al riesgo de crédito del portafolio de inversiones en valores al 31 de diciembre de 2020, la administración del Banco es consciente de la volatilidad y la alta incertidumbre que genera la coyuntura actual, por lo que permanentemente se vigilan las medidas adoptadas por los gobiernos y las implicaciones que estas puedan tener sobre el comportamiento de los diferentes sectores, entre otras, la interrupción en las cadenas de suministro, suspensión extensiva de la actividad productiva, incremento del desempleo, recesión de los ingresos para algunos sectores, comportamiento de los precios (inflación), desaceleración económica, etc. En este sentido, para las inversiones en valores medidas a CA, se esperaría un impacto en los portafolios de inversión y los resultados del Banco en caso de presentarse bajas en la calificación crediticia de los emisores. Los títulos clasificados a valor de mercado de forma recurrente incorporan los efectos de la cotización y fluctuaciones en las tasas de interés, por lo tanto, no suponen efectos adicionales asociados a los análisis de ‘deterioro prospectivo’. No obstante, como consecuencia de la baja en la calificación crediticia de los emisores, para aquellos títulos clasificados a valor de mercado con cambios en el ORI el Banco puede reflejar impactos negativos en los resultados del período asociados a un deterioro estimado, los cuales son compensados en términos de patrimonio neto por los movimientos positivos en el ORI que permiten mantener los títulos a su valor razonable. Es importante mencionar, que el riesgo de mercado, asociado a los cambios en las condiciones de precio y tasa de los instrumentos que componen los portafolios de inversión del Banco, que durante el 2020 se ha visto incrementado debido a la volatilidad que ha dominado a los mercados financieros, ha generado efectos sobre la operación y los resultados del Banco, a raíz de la exposición natural de sus negocios a esta clase de instrumentos. Sin embargo, al 31 de diciembre de 2020 estos efectos no son adversos. (d) Negocio en marcha El Banco considera que por el momento no presenta dificultades significativas que le impidan continuar como negocio en marcha. Los planes de continuidad y la apropiada gestión de la operación del banco han permitido la implementación de la modalidad de trabajo remoto, habilitando el acceso a los sistemas y recursos tecnológicos requeridos para cumplir con este objetivo y facilitando el aislamiento preventivo. Además, se han tomado todas las medidas de protección para el recurso humano que desempeña funciones sensibles para asegurar la continuidad del servicio y los procesos en sedes físicas. Por otro lado, en cuanto a la gestión de riesgos de tecnología y seguridad de la información, el Banco ha realizado las labores necesarias tendientes a asegurar la protección de la información, manteniendo los controles y esquemas de seguridad definidos para mitigar los riesgos de ciberseguridad a los que se puede ver expuesta. A nivel financiero, el Banco evaluó su liquidez, con el objetivo de verificar su capacidad financiera ante el escenario proyectado por la coyuntura del COVID-19 y así asegurar el cumplimiento de sus obligaciones y la preservación de sus operaciones. Como resultado de esta evaluación se evidenció que el Banco cuenta con una adecuada posición de liquidez y solvencia que le permite afrontar la situación actual y continuar operando bajo el principio de negocio en marcha. (e) Comisiones por otorgamientos de préstamos Durante el 2020 se presenta una disminución en las comisiones por otorgamientos de préstamos, generado por el menor volumen de colocación de hipotecas y préstamos personales, producto de la pandemia por COVID-19 (f) Medición de instrumentos financieros - Arrendamientos Los términos y condiciones de los contratos de arrendamientos no han sido modificados producto de los impactos generales de COVID-19, por lo que el Banco no ha requerido reconocer ganancias o pérdidas en el estado de resultados consolidados. (g) Medidas fiscales e implicaciones tributarias Los gobiernos de algunos de los países en donde opera el Banco han adoptado medidas de alivio fiscales, sin embargo, el Banco ha decidido no acogerse a ninguna de ellas decidiendo pagar todos sus tributos según las normativas anteriores.

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