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A muchos nos cuesta trabajo integrarnos y adaptarnos a esta modalidad por varios factores, y entre los más importantes están no poseer una computadora o teléfono inteligente con buena señal de internet, situación que dejó en evidencia la pandemia. La mayor parte de esta población vive en áreas rurales y las comarcas. También influye de gran manera la habilidad o la reticencia para adaptarse al cambio, tanto de parte de docentes como de estudiantes. La responsabilidad, la disciplina y la capacidad de atención son otros puntos clave para lograr las metas. Muchos expertos concuerdan en que la educación presencial sigue siendo la experiencia educativa por excelencia. De hecho, el retorno a las aulas de clases a mediano plazo es uno de los principales objetivos de los gobiernos a nivel global (de hecho, varios países en estos momentos están retornando a las aulas), y se preparan los escenarios para garantizar que este regreso sea seguro, poniendo en marcha todas las normas dictadas por los organismos de salud. Sin embargo, los tiempos que vivimos nos hacen tomar conciencia de que nos urge aceptar los contenidos virtuales como una necesidad apremiante. La educación en línea no perderá vigencia; por el contrario, marcará pautas en cuanto a costos, tiempos y aprendizajes significativos, utilizando la tecnología, clave del futuro próximo. “...los tiempos que vivimos nos hacen tomar conciencia de que nos urge aceptar los contenidos virtuales como una necesidad apremiante”.